Manolo García: «La música para mí es libertad; me transporta a un mundo de película»

Esta semana la revista Rolling Stones lo premió por haber dedicado su vida al rock. Los Rápidos, Los Burros, El Último de la Fila forman parte del ADN musical de un catalán que dice tener el depósito de la ilusión a rebosar. «El día que no me sienta cómodo me pensaré lo de irme, pero de momento eso no entra en mis planes», asegura el compositor y cantante Manolo García (1955), quien con disco recién estrenado («Todo es ahora») se hace la promesa de estar pronto por estas coordenadas atlánticas. «Estoy en deuda con Tenerife. Mi otra gira acabó antes de que pudiera ir a una tierra en la que me siento muy bien recibido. Ahora hay que reparar esa situación y buscar una fecha», declara un artista que acumula tres décadas y medias de experiencias musicales.

¿En «Todo es ahora», sin que se pierda la esencia Manolo García, se percibe con claridad una renovación sonora?

Para mí sería una perdida de tiempo no perseguir esa renovación. Da igual que grabes en Nueva York, en Tenerife o en Berlín porque buenos estudios de grabación hay en muchas partes. Lo importante es crear un equipo y cuando ese está en otro lado en el que tú no estás no queda más remedio que viajar.

A día de hoy existe casi un empate técnico entre lo que hizo cuando formaba parte de algún grupo y lo que está realizando ahora como solista.

Sí (sonríe), aunque eso tiene una explicación bastante sencilla. Mi situación actual es la misma a la que ya existía cuando era un adolescente, es decir, sigo teniendo cariño a una profesión que no me ha tratado demasiado mal. En mi entorno no había ejemplos musicales, pero alguien me tocó con una varita y me dio aptitudes para la música, un oído, un sentido musical y, sobre todo, mi gran objetivo era ser músico. Lo vi claro. Este disco me hace la misma ilusión que el de 1981 con Los Rápidos, pero ahora lo disfruto más porque hay ganas y dinero.

¿Manolo García es uno de esos músicos que prefieren emprender una huida hacia delante en lugar de analizar si la música ya los ha retirado?

Yo no siento que tengan una pistola apuntando a mi cabeza… Si ese momento llega sabré medir esa amenaza. Cuando mi pozo creativo se seque me marcharé, no quiero perder el tiempo viviendo de las rentas. La música para mí es libertad; me transporta a un mundo de película. Este es un oficio que nunca terminas de aprender, siempre hay algo nuevo.

¿Qué piensa un artesano de la composición del ciclo que vive la creación musical en España?

Al final es el público el que elige una cosa u otra. Es cierto que en muchas ocasiones puede estar más o menos dirigido, pero la última palabra es suya. Este no es un mal momento para la creación, pero comercialmente hablando sí que vivimos un ciclo disparatado y lo peor es que vamos a continuar así un tiempo. La parte industrial me aburre porque creo que ahí no se ha trabajado bien durante muchos años, pero en lo musical sí que hay cosas que valen la pena. Un cantante no impone ser escuchado, hace lo imposible para ser oído y que el público tome decisiones con una referencia.

No se lo digo solo por la cantidad de años que lleva en esto, sino por lo rápido que están cambiado las cosas. ¿Se imaginaba un panorama como el actuar allá por los años ochenta?

Cuando empecé esto funcionaba a través de vinilos que se movían a 33 revoluciones. A la técnica hay que darle la importancia que se merece, pero no supeditarlo todo a un gran ordenador que es capaz de convertir en buenas una mala canción. Para mí el formato es algo anecdótico, lo que yo quiero es oír a Pink Floyd o King Crimson… Me sigo fiando del talento. Soy de la vieja escuela: si no tienes una buena canción no tienes nada. Lo que no es capaz de fabricar la tecnología son historias con emoción. Que la gente se olvide de que en la Universidad de Barcelona se vayan a inventar un robot capaz de reproducir la emotividad de un músico. Eso no pasará jamás. Puede que copien al mejor cantante del mundo, pero ahí van a seguir faltando los sentimientos.

¿No cree que esa amenaza de la que hablaba antes vaya a llegar desde el campo de la robótica?

Caetano Veloso, Bruce Springsteen, Serrat, Queen, Silvio Rodríguez, Sabina… Hay una cosa que se tiene o no y que está conectada con el latido de sus corazones. No importa que me nombren al grupo más raro y desconocido del mundo, lo auténtico no puede ser copiado por una máquina.

Hace tiempo que no se deja caer por las Islas; ¿vendrá con este disco?

Estoy en deuda con Tenerife. Mi otra gira acabó antes de que pudiera ir a una tierra en la que me siento muy bien recibido. Ahora hay que reparar esa situación y buscar una fecha. También me quedé a las puertas de Galicia. En cuanto me tire a la carretera prometo hacer lo imposible para que esas dos comunidades puedan escuchar en directo las canciones de «Todo es ahora». Tengo un deber ético con los lugares en los que me han tratado bien y en Canarias, repito, hay gente que ha demostrado tener un cariño por mi música.

No le puedo dejar marchar sin preguntarle por sus latidos culturales. ¿Estamos tan mal como todo parece indicar?

Hay una clase política a la que le ha venido bien este oscurantismo intelectual, pero eso está en proceso de cambio. Hay maneras de entender la política que van a desaparecer en poco tiempo. A nivel cultural nos han querido matar, pero hasta aquí han llegado… Un IVA al 21% es una cagada como un piano. Nada es eterno en esta vida y esa coyuntura la van a tener que arreglar por el bien de todos.

MG_Eldia

Fuente: El Dia.es – ENLACE