Manolo García: «Sueño con hacer la canción perfecta»

Camina Manolo García con aire despreocupado, las manos (sin arena) en los bolsillos y un mechón del flequillo cosquilleando su frente mientras la gente le saluda, le detiene, le pide autógrafos y fotos. Sonríe el artista, mostrándose cercano, relajado en su primaveral paseo rumbo a la cita con sus seguidores, que desde una hora antes aguardan pacientes en el interior del Museo de la Evolución Humana, ávidos por escuchar sus palabras, por conocer de primera mano las intimidades musicales del cantante, los temas que le hechizaron siendo un chaval y que le empujaron a convertirse en cantante. Hoy es una más que consagrada estrella del pop español que habla con tono evocador, tiznado de nostalgia, de aquel mozalbete que un buen día se cruzó con una canción de Led Zeppelin que le golpeó tan fuertemente que no volvió a ser el mismo. Fue un instante mágico. Una epifanía.

«Recuerdo mucho el cine musical, haber visto desde niño a Antonio Molina, a Juanito Valderrama, que eran voces privilegiadas. Pero de repente, un día, con doce o trece años, a través del altavoz de una tienda escuché a Led Zeppelin y ¡hostia! me quedé parado. ¿Qué es esto?, pensé.Me golpeó. Recuerdo el momento, el instante de pararme. Ese fue el cambio, el momento de la revelación, de la conversión». El primer disco que se compró el que fuera líder de Los Burros, Los Rápidos y El último de la fila fue Todo tiene su fin, de los Módulos, formación de rock sinfónico creado a finales de los años 60.
Luego vinieron muchos más: de cantautores como Joan Manuel Serrat o Lluis Llach y de bandas míticas como Asfalto, Leño, Topo, Triana, sin olvidar, claro, a grupos extranjeros como los Rolling Stones -«me encantaba su punto canalla»-. Todo aquello fue educando su oído y conformando su gusto, y una esencia de todas aquellas influencias, patrias y foráneas, fue lo que el cantante compartió ayer con sus fans burgaleses en el ciclo ‘Contando canciones’ del Museo de la Evolución Humana. Su selección, muy escogida, fue de Lole y Manuel a Deep Purple, de los Stones a Jimmy Hendrix, de Triana a Led Zeppelin, de Bob Dylan a los Class o la formidable Creedence Clearwater Revival.

«Me ha gustado siempre mucha música y muy diversa», asegura el artista, para quien la mejor música se hizo en la década de los años 70.

«Sigo oyendo a todos esos grupos. Con mucho placer. Tenían tanta fuerza que siguen siendo muy actuales hoy en día: los Stones, Led Zeppelin suenan de la hostia». No abjura de la música que se hace en la actualidad, pero considera que se sigue libando de aquella época dorada. No se ha inventado ninguna cosa nueva.En el fondo, todo tiene un sustrato antiguo».

El éxito y los sueños

Tocó y cantó en orquestas durante diez años, bolo va, bolo viene antes de dar el salto, de consagrarse por completo a la música, de empezar a componer y a cantar sus propios temas. «Sabía que era una ardua tarea, pero decidí probar con la música propia».

Es humilde Manolo García. Aunque reconoce que ha tenido éxito, su mayor logro, dice, «es haber desarrollado la tarea que me gusta, poder hacerla con dignidad y llegar a la gente, que cante mis canciones.Esa es la cima, más que los premios, las ventas…». Es humilde, pero también ambicioso: «Sueño con hacer la canción perfecta. Cuando acabo un disco estoy contento pero siempre pienso que el siguiente será mejor. Ese es mi sueño».

Fuente: Diario de Burgos – ENLACE