Sin duda ha sido, hasta el momento, el concierto del año en Palma y no solo porque Manolo García es uno de los grandes de la música de este país sino porque es incombustible y así lo demostró en las más de dos horas y media de concierto durante las cuales miles de personas aclamaron al artista sin parar.

Manolo García estuvo sublime no permitiendo que en ningún momento se instalara la monotonía en un espectáculo en el que dio repaso a sus nuevos temas así como a sus grandes éxitos.

En varios ocasiones bajó del escenario y se acercó al público y tuvo un gesto especialmente emotivo cuando no dudó en adentrarse entre los miles de seguidores hasta alcanzar la zona habilitada para minusválidos a quienes saludó uno por uno sin dejar de cantar.

Destacar también el fantástico comportamiento de los chicos de  seguridad que demostraron amabilidad con el público repartiendo botellas de agua y ayudándolos a subir al escenario cuando lo pidió el cantante.

La gente se resistió a que Manolo García abandonase el escenario y tuvo que atender varios bises.

Una noche, en definitiva, espectacular.