Fueron tres horas de concierto, pero la gente tenía ganas de más. Manolo García puso el cierre a la feria de San Juan por todo lo alto con un espectáculo de luces, imágenes y su inconfundible melodía que hechizó en la última gran noche pacense. Hasta en dos ocasiones tuvo que volver al escenario aclamado por sus miles de fans que abarrotaron el Auditorio del recinto ferial de Badajoz. El artista catalán se sentía tan a gusto que correspondió encantado a los deseos de un auditorio entregado y que no paró de entonar sus canciones a coro. Su complicidad con el público era tan palpable que se bajó varias veces del escenario para cantar entre la gente, mientras miles de móviles bailaban por todo lo alto en coreografía con sus letras. Fue una noche mágica, de reencuentro con su ídolo de la legión de seguidores fieles que tiene por toda Extremadura. Un espectáculo completo que hizo vibrar de júbilo desde que arrancaron los primeros acordes de guitarra y que encendió al auditorio al ritmo que marcaba la violinista con su talento y destreza con el arco. Manolo García deleitó con el repertorio de su nuevo trabajo Todo es ahora, emocionó con sus letras más conocidas como Pájaros de barro, Nunca el tiempo es perdido o Carbón y ramas secas y se dejó para la despedida temas míticos como Rosa de Alejandría e Insurrección con los que puso colofón a una noche inolvidable. Su compromiso con el medio ambiente quedó reflejado en un escenario decorado con vegetación de todo tipo y tampoco faltaron sus referencias a la labor de Adenex.

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Fuente: Hoy – Javier Perez – ENLACE