‘A solas’ con Manolo García en el Centro Cultural La Platea (Alhaurín de la Torre) 27/5/17

La Platea se ubica en la ladera de Alhaurín de La torre. Un centro de diseño moderno y funcional con vocación cultura donde las distintas artes encuentran acomodo.  Salas de exposiciones, cine, teatro;  medios de expresión. El sábado pasado algo más de doscientas personas ocuparon expectantes una explanada rectangular  protegida por la sombra de los pinos.   Esa tarde la cita sería con Manolo García, dentro del ciclo de encuentros de este centro.

Fueron casi dos horas de tertulia, de conversación íntima de barra de bar, de mesa camilla de amigos donde Manolo paseó entre la pintura y la música. Dos horas  donde todos los presentes pudimos entrar en su particular universo.

Manuel tiene un talento natural, una habilidad innata para el dibujo, ya desde los 10 u 11 años destacaba en esta disciplina en la que poco a poco fue haciéndose hueco hasta ser diseñador gráfico. A los 21 años fue contratado en una discográfica donde su cometido era diseñar las caratulas de los famosos cassetes de carretera. Según cuenta llegó a hacer la friolera de 711 portadas que aún siguen llenando algunas de las gasolineras de este país. Cuando habla de este medio de expresión levanta la mano y cierra los dedos entorno a un pincel imaginario “La pintura es una pasión… Mucha gente es capaz de viajar, de flotar en el cuadro. Es un territorio de libertad absoluta”. Los ojos le brillan con intensidad, se transforma en un viajero emocional y la palabra se apodera de él. “La pintura es igual que la música nos da vida…” Las pausas saben a paladeo…, “Hace que seamos compañeros de viaje”. García la  define como un territorio inexistente donde habita; un espacio donde ser feliz creando un mundo que no existe. Habla con soltura, desde adentro con una sinceridad que desgraciadamente ha caído en desuso. Levanta el brazo y simula con un gesto como una gota de acuarela estalla sobre un lienzo blanco “el pigmento se abre y ya tienes una flor… Algunas veces creo fondos abstractos, manchas que se transforman en animales y objetos”. El lienzo se convierte en nubes que ante el soplo de la creatividad van tomando caprichosas formas. “La pintura es el lugar perfecto para el descanso”. Manolo escucha atentamente las preguntas que le van haciendo, de fondo una tímida sinfonía de pájaros, los árboles, un sosiego que invita a la reflexión. El lugar ideal para que pazca el alma.  “Algunas veces pongo una frase sobre una tela en blanco que terminará formando parte de una canción”. Para García la música y la pintura son dos mundos convergentes.

Salen a escena  los libros, su otra fuente de paz. Hay que nutrirse de cotidianeidad. Bajar los peldaños del ídolo de masas, salir a las plazas, disfrutar de un café, hablar con el taxista… leer, leer incansablemente. Habla la última novela que ha leído, “Tierra de Campos de David Trueba” un libro donde identificarse ya que va de la vida de un músico o del libro póstumo de Roberto Bolaño 2666 “Una bomba en la línea de flotación”. Para Manolo leer es como comer, una necesidad a diario y una fuente de inspiración constante. Refiere a los clásicos como un lugar al que volver, Balzac, Baroja, Santa Teresa. Nos cuenta que fue bibliotecario en la mili, prefirió cambiar las guardias por el cuidado de la biblioteca. Lo cuenta con desparpajo, es imposible no conectar. Reír, reír y olvidarse del mundo. Reír hasta deshuesarnos. Reír abrazando la felicidad. La tarde avanza y los asistentes están cómodos y absortos en la charla. La ilusión contagiosa nos ha embriagado a todos.

Las preguntas se suceden. Refiere su sustrato vital, su vínculo con Albacete y Granada. De las canciones Antonio Molina en el transistor en la Barcelona obrera. “Si mis padres no hubieran sido emigrantes, sin la copla, mi paleta sería otra…”.

Alguien  entre el público  pregunta por el desconcertante huevo frito que atravesaba en fondo del escenario en la última gira, Manolo despliega su circunloquio habitual, “Llama a la reflexión, al  que hacemos aquí. Te abstrae de todo concentrándote en eso. El huevo frito es para eso para que te pregunte qué es y te olvides de todo lo demás”.

En un momento mágico del encuentro describe con ternura visual una fotografía que le inspiró. Como todos sabemos bebe de las fuentes surrealistas con pasión Dalí, Breton, Magritt. La foto simula un mar de cabello con un barquito de papel en su torrente. “El cabello brillante, colocado en el suelo, el barco intercalado”. Mueve sinuosas las manos, me recuerdan raíces que fuertes se clavan para absorber vida. Alisa el aire con suavidad, con un movimiento repetitivo. Engola la voz. García corteja la mirada con las manos. Visualiza la imagen y se recrea en el arte, es el placer de “viajar hacia la nada”.

 

Vamos acercándonos al final y surge la sempiterna pregunta: ¿Volverá el último? Manolo en un esfuerzo de sinceridad docente nos explica que aquella etapa fue una cumbre en su vida, fantástica e irrepetible. Intentar volver a lo que pasó apagaría el brillo de esa época, sería un débil reflejo. Ahora su misión es hacer música y regalarla, cuidar a aquellos que a diario cuidan de mí. Cada uno aporta lo que tiene.

Por último reflexiona sobre la creación de las canciones; “Las musas son esquivas, mi secreto es darles la espalda”, hay que llenar las alforjas de vida normal, salir a la calle y no obsesionarse con la búsqueda. Vendrán solas;“las canciones están en la calle”.

La charla ha pasado como pasa una señal de tráfico en esas carreteras del diablo. Nos enfilamos para abusar un poco más de su paciencia. Más de 150 personas de cola y uno tras otro nos recibe, nos da una palabra amable, nos escucha desde la calma. Hay algo de aleteo en sus manos y de mirada noble de animal en sus ojos.  Los recuerdos se arremolinan crepitando en los pies. Fotografías que retrataron el momento. Autógrafos que nos confirman que ocurrió.

Hoy me queda el poso de lo vivido y me viene a la memoria el principio de incertidumbre de Heisenberg “No puedes observar algo sin cambiarlo”.

Enviado Especial: José Ángel Lucena Gómez – https://www.facebook.com/jose.lucena.374