“Lo importante es emocionar, llegar al interior;la superficie está bien, es divertida, pero es un brillo fugaz”

El Auditorio Baluarte acoge hoy, con las entradas agotadas desde hace meses, la presentación en directo del nuevo álbum del artista catalán, ‘Geometría del rayo’

A partir de las 20.00 horas, Manolo García volverá a comulgar hoy con sus fieles parroquianos navarros en una orgía de música que lleva por nombre Geometría del rayo.No busquen entradas, no quedan…

Si a uno le preguntaran tras escuchar este disco cómo le parece que se encuentra Manolo García, es probable que diría que en paz, que en calma. ¿Es así?

-Se acerca bastante a mi realidad, sí. Con los años uno va intentando situarse en el planeta, buscar su hueco, su rincón… Y sí, podría ser eso. Desde que yo empecé el 81 con Los Rápidos, creo que ya son 20 discos los que he hecho, y ahora, digamos que vas buscando una tranquilidad. Esos tiempos de vorágine quedan un poco atrás. Me gusta hacer música, la hago, pero no tengo ninguna locura en la cabeza.

Metiéndonos de lleno en esta Geometría del rayo,todos los mandamientos de la gran regla de la sabiduría que presenta se pueden reducir en uno: más que satisfacer necesidades, habrá que reducirlas.

-Creo que sí, que es un regla bastante razonable, con un enunciado sencillo pero esclarecedor. Al final, creo que nos complicamos la vida demasiado, vivimos demasiado al hilo de las convenciones sociales, del qué dirán, de lo que hay que hacer, sin cuestionarnos las cosas, simplemente porque todos lo hacen.Ese punto de rebeldía que tienen o tenemos es tópico en un ser vivo que puede elegir entre dos caminos. En el fondo de mis canciones siempre hay una inquietud social, no ya como músico sino como ciudadano. No es condición sine qua non para ser músico tener un contenido social en tus canciones, o contar en ellas con un enunciado en el que mirarse;de la misma forma que tampoco es necesario adoctrinar, no, porque también puedes hacer música lúdica y sencilla. Pero yo, como ciudadano de a pie, siempre he tenido esa inquietud de por qué las cosas son como son cuando podían ser mejor para todos, en una situación de un país del primer mundo. La cosa va pa’lante, pero para unos cuantos, luego hay otros muchos que están fatal. A mí es algo que me inquieta y a veces se me escapa la pluma…

Precisamente, en esa misma canción habla de la “sucia malversación, mentira de recesión”, ¿tenga cuidado porque tal y como están los tiempos igual hasta por frases como estas uno puede acabar ante un juez?

-Son tiempos extraños, pero también pueden dar la vuelta. Cuando las barbas del vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Lo que está pasando a nivel político en este país es sintomático. Por ejemplo, respecto a Cataluña, una situación en la que no se hace política poniendo el problema en manos de los jueces. Pero aquí, ni todo el mundo es tonto ni todo el mundo es listo, la gente se da cuenta de las cosas y hay cuestiones que no se pueden dejar pasar. La inquietud social la tiene todo el mundo, hasta el que pretende no tenerla y se denomina apolítico. Vale, soy apolítico, jubilado y después de 45 años de cotizar a la Seguridad Social, me quedan 1.200 euros y me están diciendo que me los van a bajar o que dentro de 10 año no va a haber dinero. Pero bueno, ¿nos tomáis por gilipollas o qué? ¿Qué planeta es este?

Precisamente, catalán, nacido en Barcelona, de padres castellanos, algo que, según ha comentado, le ha dado “una vida de cojones”, ¿cómo se siente ahora, qué le sucede cuando mira hacia Cataluña? Porque Manolo García ya apuntó que humillar no es el camino.

-Lo que sucede es que no hay camino político en una sociedad orquestada bajo el mando de unos gobiernos, tanto centrales como de las comunidades autónomas. Y uno, a veces, piensa que hay una cantidad de políticos desmesurada, pero es que, además, con tanto burócrata ¡no son capaces de organizar esto políticamente! ¡Es acojonante! Cobran unos sueldazos para organizar todo este bacalao, bien, pues que escuchen a todo el mundo y así podrán satisfacer a la mayor parte de gente posible, sabiendo que siempre quedará alguien insatisfecho, esto está claro. Pero al final tiene que haber un arreglo político… En cualquier caso, a mí lo que más me preocupa en general es el tema social: el medioambiente, la precariedad laboral, el futuro de la gente joven, la carestía en las universidades, que los jóvenes tengan que marchar fuera… Todo esto es lo que me preocupa porque genera un futuro incierto en un país que tenía que estar funcionando porque posibilidades hay, pero claro, cuando empiezas a oír estos disparates de corrupción… ¡Claro que yo puedo decir en una canción mentira de recesión!Porque, a veces, son todo cortinas de humo para tapar unos afanes desmedidos de ambición;yo no entiendo nada, es como una película surrealista. Somos buenas personas, confiamos en ellos, les votamos, somos millones los que pagamos nuestros impuestos… Pero yo no soy politólogo, soy músico, y lo único que hago es, como todo el mundo, decir las cosas cuando no me gustan.

Compuso treinta y cinco canciones para solo editar 16 en este disco, ¿cómo se le dice a una hija o un hijo que no va a salir a jugar con sus hermanos?

-A algunas de esas canciones les dices que quizá en la siguiente liga saldrán a jugar. Dejas unas cuantas en el banquillo y eliges las que te dan la medida de lo que tú pretendes, luego hay otras en las que puedes revisar partes, arreglos… Y, finalmente, con algunas vas viendo que es mejor dejarlas y empezar otras nuevas. Yo soy bastante trabajador en mi oficio, me gusta, y no hago discos por una necesidad profesional, los hago por una necesidad anímica: soy músico vocacional absoluto. Luego, por diferentes avatares, me he encontrado ganándome la vida con este oficio. Pero mi intención primera era crear y componer, yo era músico de orquestas, humilde, y estaba muy contento, porque me lo pasaba muy bien, trabaja en otras cosas, pero siempre con alegría. Y ahora que puedo vivir de mi trabajo musical, aun mejor, porque me tomo las cosas con más tiempo, no tengo que dedicar energía a otras labores y eso me permite hacer treinta canciones si quiero meter quince. Muchos de mis días consisten en eso: me levanto, cojo la guitarra o el piano, me pongo a trabajar y soy feliz. Estoy haciendo algo creativo, lo que no voy a hacer nunca más es trabajar con prisa porque no la tengo, quiero hacer discos bonitos, que a mí me gusten. ¿Significa eso que los primeros, aquellos que hacías deprisa no te gustaba? No, claro que te gustaban, pero eras más joven, más inconsciente y todo te parecía bien. Es algo inherente al ser vivo joven, en el que todo es energía y chisporroteo. Con los años vas sabiendo discernir.

Le podría preguntar por muchos de los nombres que le acompañan en este trabajo, como Carles Benavent, Jordi Sabatés, porque más que una banda casi ha montado una cooperativa… pero tengo que mirar para casa, y es que Manolo García sigue confiando en el navarro Iñigo Goldaracena.

-¡Claro que sí! Van a ser ya 20 años juntos. Yo llegué a él a través de Ángel Celada, gran baterista de Vitoria con el que tenía una buena amistad, y que había tocado con El Último de la Fila. Y cuando arranque mi carrera en solitario le llamé y le dije que necesitaba un bajista. Y sin dudarlo me recomendó a Iñigo, me acuerdo perfectamente. “Es un chico joven, que ha tocado conmigo, con Ruper Ordorika, navarro, majete, buena gente y un excelente bajista”. Así que decidí probar, hablé con él, fue empezar… y me quedé con él, hasta hoy. Creo que ha grabado en todos mis discos en solitario.

Algunos no entienden por qué un músico ya curtido cambia de formaciones y prueba con diferentes músicos a la hora de grabar, ¿quizá no se dan cuenta de que una buena parte de la música es la curiosidad y las ganas de aprender?

-Absolutamente. Esa es la idea. Si te conformas o te agarras como una lapa a un éxito, a un sonido o a un estilo, porque funciona, y así lo repites año tras año, para mí eso es indigno. La cosa está en afrontar el reto, en indagar, en la sorpresa, en meterte en berenjenales, en el sentido de buscar e innovar: ¡eso es crear! Creo que el autoplagio es peor que el plagio, es descaradamente infame. En este sentido, para el directo, la banda, si quiere estar conmigo, la amarro, aunque lógicamente hayan cambiado algunos músicos por diferentes circunstancias. Pero en los discos, no, ahí voy picoteando porque así consigo dar colores diferentes, y logro sorprenderme, emocionarme y divertirme. Y consigo esto para mí, tengo muchas posibilidades de emocionar, sorprender o divertir a otros. Si me aburro como un sapo haciendo discos, difícilmente puedo conseguir avanzar.

Hace poco una joven salida de un concurso televisivo me decía que lo más importante para ella era afinar, dejando a un lado que la canción son palabras que llegan a la gente, palabras en las que, disco a disco, Manolo García parece recrearse cada vez más. ¿Se nos está olvidando que las canciones cuentan cosas que son las que las hacen grandes y las que llegan a la gente?

-Para mí, lo importante es emocionar, llegar al interior, a algo profundo. La superficie está bien, es divertida, pero es un brillo fugaz. Te vale todo, puedes tener una voz maravillosa, cantar agudísimo, puedes canta como Tom Waits o Leonard Cohen, puedes incluso desafinar un poco, puedes recitar, rapear… Pero si eres capaz de, con un compendio de música, texto, arreglos y puesta en escena, encandilar a la gente y llevarla a un paraíso emocional, ahí está el truco. Hoy en día está pasando algo muy curioso, en los nuevos tiempos hay gente joven muy dotada, que toca de maravilla la guitarra, el bajo, la batería, el saxo, afinan perfecto y cantan de maravilla. Pero todo eso se descompone antes de empezar un directo, porque estás como un flan, las primeras canciones desafinas un poco… Y repito, veo jóvenes muy preparados, y me asombra, pero, al final, lo que importa es que la gente entre como en un mar de placidez cuando oye tu canción o tu concierto, un lugar en el que el tiempo se detiene. Esa es la clave de un artista. Que tú pongas ahora un disco de Dylan o de Janis Joplin y sigas diciendo ¡qué discazo!, para mí esa es la clave, perdurar en el tiempo, aguantar el tipo como puedas pero siempre dando lo mejor de ti. Ahora, la música, lamentablemente, para muchos es solo un contenido que te puedes descargar, cuando para mí es un arte grande, ahora ya no hay discos, hay canciones, pero yo sigo con mis álbumes de Deep Purple, de Queen, de 091, de Radio Futura. Ojo, no estoy viejo en ese sentido, también me gustan bandas como Love of Lesbian, intento estar a todas.

Las claves:

“Creo que nos complicamos demasiado la vida, vivimos al hilo de las convenciones sociales, del qué dirán, sin cuestionarnos las cosas”

“Si te agarras como una lapa a un éxito, a un sonido o a un estilo, es indigno. El autoplagio es peor que el plagio, es infame”

“Tenemos una cantidad de políticos desmesurada y no son capaces de organizar esto políticamente, ¡es acojonante!”

DISCO Y GIRA

‘Geometría del rayo’. El concierto que ofrecerá hoy forma parte de la gira iniciada el pasado día 6 de abril con la que presenta su nuevo álbum, Geometría del Rayo, un disco que se mantuvo en el número 1 de ventas por cinco semanas consecutivas desde su publicación, el pasado 16 de abril. La gira discurrirá en teatros y auditorios durante la primavera y proseguirá en grandes recintos durante el próximo otoño en diez únicas ciudades. Cuando cumple dos décadas de trayectoria en solitario, precedidas del inolvidable El Último de la Fila, el músico barcelonés entrega esta Geometría del rayo, puro Manolo García en su mejor momento de creación artística, un trabajo que grabó a caballo entre Rhinebeck (NY) y Girona, y en el que ha reunido reúne 16 canciones, incluida una doble versión de Océano azul.

Fuente: Noticias de Navara – ENLACE