Manolo García: “Me deslomo en cada concierto; me da igual tocar para treinta que para tres mil”

Manolo García llega este domingo al Baluarte para presentar Geometría del rayo. “La vida es de nuevas oportunidades, no de segundas”

Manolo García está de nuevo en la brecha. Y acude de nuevo a Pamplona para actuar en Baluarte este domingo a las 20 h. con el cartel de entradas agotadas desde hace semanas, como le está sucediendo en la mayoría de conciertos en los que está presentando su nuevo disco Geometría del Rayo, octavo de su carrera en solitario, que por cierto es número 1 de ventas desde su publicación, el pasado 16 de abril. Esta nueva gira está discurriendo en teatros y auditorios durante la primavera y proseguirá en grandes recintos durante el próximo otoño en diez únicas ciudades. Manolo García cumple dos décadas de trayectoria en solitario, precedidas del inolvidable El Último de la Fila, el músico barcelonés nos entrega este Geometría del rayo, puro Manolo García en su mejor momento. Ha grabado las 16 nuevas canciones en los Estados Unidos con Meghan Toohey y Gerry Leonard a las guitarras, Catherine Popper al bajo y Sarah Tomek a la batería… Y los grandes Toti Soler, Carles Benavent y Jordi Sabatés.

Para publicar su nuevo Geometría del rayo se ha tomado tres años desde el anterior trabajo de estudio y es como si hubiera sido ayer porque de nuevo está en el número 1 de las listas de los más vendidos…

Me suelo abstraer de toda situación ajena a mí, de aquella que no puedo controlar. Porque componer, hacer música y textos a veces se convierte en un caballo desbocado. Y luego está la industria musical, que de por sí es una desmesura. A mí me da un poco igual. Lo que no me da igual es lo que yo presento al público. Y de lo demás me alejo. No diré que no me alegro cuando me dicen que el disco es número 1 de ventas. Pero luego vuelvo a lo mío porque se que todo es humo, una convención humana. Lo importante es ir dejando mi pequeña impronta en la música y la pintura, hacer feliz a la gente, a la vez que lo soy yo mientras lo hago.

¿Qué siente cuando comienza una nueva gira y va vendiendo todas las entradas de todos sus conciertos?

En 1981 presentamos el primer disco como Los Rápidos. Desde entonces no he parado. Y siempre he sido fiel a mi manera de enfocarlo: respeto máximo con el público, desempeñando mi profesión de la manera más apasionada posible, siendo razonable y sincero. Yo presento lo que hay, sin ninguna impostura. Soy músico por intuición. Ese instinto lo tengo desde que era niño y me ha llevado a realizar una tarea, un oficio que me complace y me gusta y con el que también ayudo a otros a vivir. Que el mundo ya es un lugar bastante extraño y duro para todos. Por eso hacer algo que ayuda a la gente a sonreír es maravilloso. A eso me agarro, a buscar la belleza del mundo.

¿Es una cuestión de honestidad?

Por supuesto. El público es consciente de ello y sin duda ayuda a la perdurabilidad en el tiempo. Me deslomo en cada concierto y desde que comencé me daba igual tocar para treinta que para tres mil. Salir al escenario es sagrado. Creo que eso es lo me ha servido para llegar hasta el día de hoy y vender todas las entradas de los conciertos. La gente ve a una persona que les respeta y que les canta algo que les apetece escuchar, que no les manipula ni engaña. No salgo al escenario “a trabajar”. Salgo a disfrutar, como quien va a una fiesta, pero es una fiesta compartida. Es una oportunidad estupenda para ser feliz, lejos de las pantallitas. Me gusta el contacto humano, físico, la mirada de las personas, el abrazo, el espacio para tomarnos una cerveza juntos, charlar, las sobremesas, todo lo que hace que la vida tenga sentido. Me gusta la vida en su realidad tridimensional

¿A estas alturas de su carrera, qué siente cuando le vida le da tiempos y espacios para dedicarse también a la pintura?

Estoy agradecido al cosmos, a quien nos cuide… Es una suerte tener mi tiempo y mi libertad, poder viajar para ir a los conciertos. Y puedo desarrollar mi oficio con un equipo de músicos con los que me llevo bien, con los que tengo una amistad. Estamos a gusto… Me siento agradecido porque puedo expresarme y tengo tiempo. El dinero no es la mayor riqueza. La mayor riqueza es el tiempo. Te permite moverte con placidez en un territorio emocional. Y puedo ir y volver de la pintura cuando quiero. Esta dualidad me da alegría y me aleja de la monotonía y me ayuda a dar lo mejor de mí, porque lo hago con alegría. Siempre intento sumar muchos más minutos en mi vida contento que mosqueado. Que las enfermedades y las adversidades ya llegan solas, sin anunciar.

¿Los cuadros le inspiran canciones, las canciones le inspiran cuadros, o intenta que estas dos facetas se desarrollen de manera independiente?

Se desarrollan de manera independiente pero son complementarias. Todo es emoción, búsqueda y consecución de libertad. Cuando pinto, compongo canciones o canto encima de un escenario el tiempo se detiene. Y tengo otras actividades que también sumo y que me ayudan a continuar siendo un poco niño. Sigues teniendo tus responsabilidades de adulto pero aprendes a relativizar, a quitar dramatismo. La vida es sencilla pero los humanos la hemos orquestado de una manera muy complicada, que lo único que consigue es producirnos un desgaste muy fuerte de energía. Está montada para que sea en beneficio de unos pocos que luego tampoco salen beneficiados. Consiguen prebendas, dinero, chanchullos pero tampoco son felices… Via http://preproduccion.manologarciaycia.com

¿Porque no se cultivan personalmente?

Son infelices… Un buen paseo por el monte, la playa, un vermú con los amigos, la tranquilidad, la paz de espíritu… eso si es placentero. El estrés, los agobios, las malas formas… son terribles para la salud. Y son minutos perdidos, toda una pérdida de tiempo. Yo no intento aleccionar a nadie. Pero creo que en la felicidad reside en vivir lo más sencillamente posible.
Hay quien reivindica que algunos músicos deberían estar en la Real Academia Española.
Dylan, Cohen, demuestran con los textos de sus canciones que son poetas. Y creo debería ser posible. Un buen libro te emociona. Pero también, o más. el texto de una buena canción, que te llega al alma. La definición de “temazo” en la música no se puede regalar banalmente. Su música tiene que ser apasionante y emocionarte por si misma. Pero lo mismo debe suceder con su letra, que es emocionante, lírica y poética.

¿La clave es el trabajo?

Sí, cuando estoy trabajando estoy siempre mirando para adelante. No miro a los lados a ver si llegan laureles… cojo mi guitarrica y palante. Y confío en ese pequeño rayo interior que tenemos todos. A unos agita mas y a otros menos. Pero ahí está.

¿Al rayo que a veces tiene un tratamiento mágico se le puede aplicar una geometría?

Sí. Porque la música se hace con matemáticas. Y hay geometría, aritmética y matemática. Científicamente está demostrado. Yo tengo y me tomo mis licencias poéticas y busco definir y trazar ese mi propio rayo interior. Es la fuerza que cado uno tiene. Un fogonazo que me da cuando me levanto y que me hace pensar: “un nuevo día, una nueva oportunidad para dibujar, pintar, cantar, leer, aprender, curiosear, preguntarse quienes somos y qué hacemos aquí”. Es estupendo hurgar de una manera artística en esas cuestiones. Via http://preproduccion.manologarciaycia.com

¿Puede decirse que es quizá, y desde la poética, su nuevo disco más crítico de su trayectoria?

Me cuesta teorizar sobre eso. Cuando me urge digo ciertas cosas sociales. Y creo que no hay que explicar más porque es muy explícito lo que digo. Creo que en mí siempre ha habido y hay una conciencia social, una búsqueda de la justicia social, de la equidad… Y un deseo de amor general. No tanto el interés de reflejar historias de amor a dos, tres o cuatro bandas. Sino de reflejar relaciones humanas entre personas, y también hacía otras direcciones como el amor a la naturaleza, al paisaje. Y reflejar desamor por la guarrería y la suciedad que vamos dejando los humanos… polígonos abandonados, molinos eólicos en paisajes increíbles. Creo que hay que amar un poco a todo. Y a la música que tanto me ha enseñado.

“Cuando el verso cunde nunca es tarde”, dice una de sus canciones… ¿La vida es de segundas oportunidades?

La vida es de nuevas oportunidades, no de segundas, siempre son nuevas. Nada fue como es y nada será como es. El mundo se mueve. Y nosotros vamos dentro de este barquito o de esta bola, que gira y gira. Nunca es tarde para nada. Siempre es el momento de empezar algo. Puedes comenzar con 70 años una carrera universitaria. O salir a la calle a reivindicar lo que es justo. Tienes el derecho a hablar desde el respeto. Nunca es tarde para buscar tu rincón en el mundo y para dejar el lastre y que tu globo se eleve. Que no te engañen ni te lastren. Aunque quedara un minuto de vida o un segundo nunca es tarde

¿El deseo al que le da más vueltas en estos últimos meses?

Algo muy sencillo. Bañarme en Almería en un lugar donde solo vea a mi alrededor montañas, cielo y mar. Y bañarme desnudo. Y ver delfines y estar horas. Y no ver edificaciones.Quiero ser hippie.

Y un deseo para Pamplona y su gente…

Que cuiden todo… el norte, todo lo cercano a la Mejana… He sido caminante y he visto los pueblos, las macetas con geranios. Que disfruten de cuidar el paisaje, que eso continúe. Navarra tiene un paisaje estupendo. Preservadlo y disfrutad. Se lo merecen las generaciones venideras. Ya es hora de parar el cambio climático. Que nuestros nietos puedan decir que salvamos el mundo. Ese es mi sueño.

Fuente: Diario de Navarra – Santi Echevarria