Manolo García se corona en el Iberoamericano

LLENO ABSOLUTO EN EL FORO DE LA RÁBIDA

El cantautor comienza su concierto fuera del escenario y convence a sus fieles en una actuación sólida como todas las suyas

Pasó de ser el último de la fila a uno de los cantantes que con un nombre de andar por casa, de vecino de bloque, consigue ese áurea que le permite llenar allí donde decide actuar. Se arropa esta vez en una imposible geometría del rayo, para entusiasmar, al mismo tiempo, a gente de un más que amplio abanico de edades, aunque éstos, al igual que él mismo, comienzan a peinar canas. Lo que no ha cambiado es su gusto por las cosas más que bien hechas, por un sonido trabajado, alejado de las modas y con el convencimiento en cada nota. Sus trabajos se mastican, para dar respuesta al tiempo que tardó en pensarlos y crearlos. La puesta en escena es cuidada y cálida, con esbozos de su vida y su manera de entenderla. La respuesta del respetable en Huelva, refrenda la obtenida con la tiranía de las ventas que le han llevado a un doble platino que se merece con creces y que escapa de unos tiempos en los que muchos oyen y pocos escuchan.

Manolo García llegó a Huelva para presentar las 16 canciones de su último trabajo. Tampoco podía escapar de algo más que clásicos que forman parte de la banda sonora de muchos y que siguen eternamente presentes.

El inicio prometió desde la prinera nota. La locura se desató poco antes incluso de que sonara, ya que el catalán no lo hizo sobre el escenario más sobrio que de costumbre, sino que con su guitarra en brazos entonó los primeros sones de El frío de la noche, fuera del mismo. Si lo que quería era la entrega del respetable, lo logró, ya que a final de la entrada, lo único que se escuchaba era un eterno «Manolo, Manolo».

Los nuevos y los más fieles de su etapa con Quimi Portet, disfrutaban como nunca. Momento de relajo con un violín que anunciaba Fragua de los cuatro vientos. Su chaqueta de siempre y un mensaje para todos los que llenaban el Foro Iberoamericano: «es un placer volver a Huelva después de cuatro años; un placer y una alegría».

No hizo falta nada más para meterse en el bolsillo a los convencidos que llenaron unas gradas que vibraron como pocas veces. Fue un viaje por un universo muy particular que comenzó hace tiempo y que se resiste a abandonar unos escenarios desde los que tiene mucho que decir. Manolo García se ha hecho esperar un tiempo, pero su regreso merece la pena.

Fuente: Huelva Información – O.L, – Foto: Canterla – ENLACE