Manolo García: «Si eres capaz de vivir una ilusión, habrás vivido»

El músico actúa este sábado en Murcia con ‘Geometría del rayo’, dedicado a todos aquellos que no pueden vivir sin arte

Después de agotar entradas en la gira por teatros y auditorios con la que recorrió gran parte de España la pasada primavera, Manolo García volvió a los escenarios para ofrecer nueve únicos conciertos en grandes recintos.

El rayo es una de las condiciones básicas de la geometría, escribía en su presentación el propio Manolo García, una línea que comienza en un punto determinado y se extiende al infinito. Para el ex cantante de El Último de la Fila, el rayo es también un latido interior ‘hernandiano’ que no cesa, una búsqueda continua en la poética de lo cotidiano, un darle alas al pensamiento y, con la ayuda de la imaginación, pescar esa chispa de magia y felicidad que a veces es esquiva en nuestro día a día. Por eso, Geometría del rayo, su séptimo álbum en solitario, va dedicado expresamente a todos aquellos que no pueden vivir sin arte, en cualquiera de sus manifestaciones o modalidades, y que no se quieren conformar con la cultura del entretenimiento fácil de nuestro tiempo. «El tiempo nunca es perdido si el verso cunde». Y los surcos de Geometría del rayo se han cocinado a fuego lento, registrados a caballo entre Nueva York (en un estudio cerca de Woodstock donde Bowie paraba el reloj de arena) y Girona.

El músico albaceteño, criado en el barrio del Poble Nou, se encuentra en un momento de madurez personal, algo que se transmite en Geometría del rayo, un trabajo optimista que invita a la reflexión desde la calma con canciones perfectas pensadas para conmover. Y Manolo García es un artista que embruja por completo a su audiencia.

De nuevo la plaza de toros.
Yo encantado. De hecho, la plaza de toros como espacio físico es de lo mejor para el sonido, para que el músico de rock, de pop, pueda desarrollar su tarea. Con un buen equipo, el equipo correcto, se suena bien. Las plazas de toros están muy bien. Luego tienen una parte grata también en cuanto al recogimiento: su circularidad te da una posibilidad de recogimiento, de atención hacia el centro. El sitio pequeño tiene otra posibilidad más íntima, lógicamente, y todo está más a flor de piel, más cercano. El recinto grande tiene ese punto de que hay que un poco exagerar, pero, bueno, a mí también me va eso, porque yo en el fondo soy un poco histriónico.

Geometría del rayo ha funcionado muy bien. Fue número uno varias semanas, ha sido disco de platino€ ¿Qué significa Geometría del rayo?
Significa un pequeño paso más en mi tarea de orfebre, de artesano. Yo soy persona que acomete la música y hace las canciones de una manera pausada, no me gustan las prisas, aunque luego, paradójicamente, soy bastante activo, bastante ‘nervioso’. El tema musical, para mí, es muy serio. Hacer una canción que va a estar ahí, que se va a presentar ante el público, que a mí me puede dar un buen día o un mal día (porque hay días que sufres intentando hacer una canción)€ Entonces este Geometría del rayo me ha dado bondades, me ha tomado un tiempo en el que yo he estado muy relajado, quizá más que anteriormente, y con menos pretensiones de abarcar, con la simpleza de «quiero hacer canciones, no tengo prisa, y las hago porque me apetece», no porque haya un contrato o presiones externas que me conduzcan a ello. Y eso es así, en anteriores discos también. En Los días intactos o el anterior€ Los discos últimos que he hecho, he trabajado fuera, en Nueva York en este caso€ Ha sido un viaje a otra cultura (cercana, porque finalmente todos vivimos en un mundo occidental, pero bueno, con sus singularidades), y este disco por ejemplo, así como en los otros hice en 8 o 10 meses las canciones, en este he estado componiendo más de año y medio largo, y de esa complacencia algo debe de verse cuando ya se publica el disco.

Dices que siempre te ha gustado ponerte trampas a la hora de crear. ¿Qué te has planteado en el caso de Geometría del rayo?
Pues por ejemplo componer con teclado en vez de con guitarra, empezar una canción con unas notas de armónica€ Habitualmente, o por lo general, el músico de rock o de pop componemos con guitarra, acústica o eléctrica, depende de la idea que tengas, pero en este disco ha habido canciones que las he empezado grabando unos sonidos de armónica, teclados€ Yo no soy pianista, pero sí que los rudimentos básicos, los arpegios, los acordes, los sé para componer. Me he divertido con el teclado, con sonidos, acordes diferentes a lo que yo puedo hacer. Si te acostumbras a un hilo, un camino, y te ciñes a él, y año a año estás pegado a él, indefectiblemente vas a hacer siempre lo mismo, y eso sería horrible. Para un compositor, un creador, aunque sea de música sencilla, como es el rock, que en el fondo es sencillo, pero que emocionalmente no es fácil, sí que hay que soltarse, ser un poco valiente y probar nuevos instrumentos. Es muy distinto trabajar con la idea de grupo, donde todo el mundo aporta, todo el mundo opina; es algo obligatoriamente democrático, y en cambio la posibilidad de un creador solitario finalmente es tus errores y tus aciertos: tú te lo guisas y tú te lo comes. No hay manera de juntar eso; es muy diferente el método.

En ese papel estás ahora. Sorprende la cantidad de músicos -que han tocado con grandes estrellas- con los que has grabado este disco, casi 19 o 20. ¿Cuál ha sido la razón?
Bueno€ Me voy dando caprichos de veterano. Yo he crecido amando la música, y como ser humano, como persona. La música a todos nos aporta una bondad, una luz, un brillo a la gente que somos sensibles a una nota musical, a un acorde, a una voz humana, a lo que puede dar de posible una canción. Me crié oyendo a Bowie, oyendo bandas americanas, bandas anglosajonas por todos lados, y bandas nacionales también: he sido de los que siempre he defendido a ultranza la música que se hacía aquí. Creo que hay un legado muy bonito de artistas de músicos nacionales. En ese crecimiento últimamente me he dado algún caprichete: «Oye, por qué no llamar a este músico, igual€ El no ya lo tengo»€ Y me ha salido bien. Por ejemplo, para Murcia tengo una sorpresa, para mí muy bonita, muy linda, y tiene que ver con lo que estamos hablando. Bueno, para Murcia y para 3 o 4 ciudades más, que son las ciudades en las que podré hacer este tipo de concierto diferente.

Jordi Savater, Toti Soler, Carles Benavent también han participado en el disco. No sé exactamente cuál era su papel. ¿Es un homenaje a músicos que te precedieron en Cataluña?
Sí, es mi pequeño humilde homenaje a grandes músicos a día de hoy, por suerte, en activo; todavía se les puede ver y escuchar grabando discos, ofreciendo su música€. Homenaje a veteranos, a compañeros que, como dices tú, nos han precedido, y que tienen un legado de música maravillosa. Musicazos como la copa de un pino. Yo tengo mucha deuda con la música en Cataluña, porque me he criado aquí, nací en Barcelona, y me ha influido mucho todo. Incluso músicas que no me llevan por sus caminos o no me marcan de una manera tan para que su estilo me subyugue, pero sí que me aportan, desde las músicas layetanas, toda la salsa catalana, la rumba catalana, el rock progresivo.. Es un movimiento general en todo el estado esos años 70, pero a mí me pilla aquí, porque vivo aquí, y me da un bandazo, me aporta muchísimo, y recuerdo a esos músicos cuando eran jóvenes, que yo era aun más joven, y ya era música progresiva, subversiva, contracultural, cosas que me interesan muchísimo, siempre que se entienda esa subversión y esa contracultura como algo para mejorar, para ejercer de terremoto e intentar derribar pilares anquilosados y cosas patosas, y de culturas que tienen pretensiones mucho más prosaicas y más peligrosas; para dar un alma a la gente, un brillo, unas ganas de libertad. Ese es mi pequeño homenaje.

Ellos también participaron en algunos de los primeros festivales en nuestro país, como Canet Rock, por ejemplo. Los macrofestivales que hay ahora parece que no te atraen demasiado a ti.
Bueno, en alguno he tocado. En la gira anterior por ejemplo, un festival en Ávila, y acudí al Rock In Río de Madrid hace unos años€ No diré que no quiero ir ni que no me haya encantado, pero es otra modalidad también. En mi caso, a mí que me gusta mi escenario, mis luces, mis pequeñas singularidades, hacer del escenario un territorio personal al que yo invito a que acudan las personas que quieran, y les muestro un poco mi intimidad€ Es un poco mi casa, ¿no? En un escenario ya compartido con 20, con 30 grupos más, hay un trasiego, un tráfago de equipos, nervios, gente, luces, ‘cuidado’, ‘esto sí’, ‘esto no’, horarios€ En el momento en que me llaman, alguna vez he dicho que no. Yo, si soy sincero, prefiero mis conciertos. Ir a mi aire, a mi bola, hago mi propuesta, y el que acuda, pues sea bienvenido. Ahora, entiendo también, y me parece bien, que proponer un fin de semana dos, tres días de luz, de sol, de aire, de montaña, con la gente acampada, ese espíritu digamos de Woodstock me parece genial. En Barcelona se hacen algunos festivales en la ciudad donde también tienen ese talante festivo, y un poco de gran misa, todo el mundo participando en algo sensacional. La importancia del músico es puntual, pero finalmente ese encuentro de personas a disfrutar de un fin de semana… Me parece muy bien. Yo todo lo que sea que el ser humano lo pase bien, sea libre, de una manera pacífica, con música€ Pues genial, bien, bien.

Geometría del rayo lo dedicas de forma expresa a todos aquellos que no pueden vivir sin arte y no se quieren conformar con la cultura y el entretenimiento fácil de nuestro tiempo; una postura vital, por otra parte, de la que tú siempre has hecho gala.
Se intenta. Claro, el asunto de la cultura es muy peliagudo, porque bien llevado es magnífico, pero manipulado también puede ser adocenante, y es de todos sabido que el mundo actual tiende a buscar un adocenamiento, un amansamiento del personal. No hay nada que enerve más a los mandatarios del mundo que que la gente sea libre, pueda expresarse, se solace€ A veces, o generalmente, hay bombardeo de ese tipo de cultura ya adiestrada, domesticada, masticada, deglutida€ para que la persona ni piense ni participe, simplemente gaste, consuma, etc., etc. Y, bueno, yo creo que está muy bien leer a Pereda, a Azorín, Pérez Galdós, Baroja, Pla, Montaigne, irse ‘patrás’, a Calderón, a Garcilaso€ Está muy bien leer a los clásicos, y ver que el mundo no ha cambiado, que el mundo siempre ha sido igual, pero que tú puedes buscar un hueco e intentar ser libre, y arrastrar en esa libertad tuya a otros.

No sé si podrías englobar o si englobas en esto de la cultura o el entretenimiento fácil fenómenos como el de OT. ¿Qué te parece? Lo ven millones. ¿Es bueno o malo para la música?
Yo preferiría programas de creación donde primase la calidad de un creador, donde se juntasen personas capaces de hacer canciones que emocionen. Hacer copias me parece correcto; yo lo he hecho, he sido músico de orquesta años, para más señas 10 años de mi vida, y con toda la dignidad, intentando hacer versiones dignas, pero lo he tomado como un modelo de aprendizaje, y he cobrado por ello unas magras ganancias, muy magras, cosa que concuerda con la lógica: no merecía más, porque mi tarea era muy sencilla, la creación era de otro. Yo preferiría€ Qué le vamos a hacer, si hay una propuesta de este tipo, si hay un público que lo acepta y lo disfruta, no puedo decir nada; si alguien disfruta algo€ Ahora bien, hay otros caminos objetivamente más emocionantes.

Este disco tiene una cantidad considerable de medios tiempos y de baladas, un ritmo más reposado, podríamos decir. ¿A qué se debe?
Supongo que son los biorritmos míos, jaja, el pulso se va apaciguando con los años. No, no significa que ahora solo guste de baladas, para nada, de hecho mi concierto actual está conformado de medios y altos tiempos, no medios y bajos, sino medios y arriba. A mí siempre me ha gustado lo trepidante, soy bastante rockerete y me gusta la caña, pero, bueno, el disco este es este disco, en el siguiente no tengo ni idea de lo que voy a hacer, porque apenas lo estoy esbozando en algún rato que tengo. Este ha quedado así, y me parece bien. Hay canciones como Océano azul por ejemplo, que es una balada con un tempo así un poquito alegre, pero finalmente balada, que me encanta tocarlo en directo; En tu voz, esa sí que es una balada. Son canciones que me complace tocarlas, me tranquilizan, me dan un punto de paz, y, ya digo, me ha pillado ese pulso ahora. Por lógica no voy a ir de aquí en adelante a mil por hora, porque ni el cuerpo lo da ni la naturaleza ni la lógica de la vida de uno, pero sí que no voy a dejar atrás ese punto mío de rock que a mí me gusta. Fíjate que, a día de hoy, yo estoy pintando, estoy dibujando€ Y sigo rescatando los clásicos que a mí me han gustado, y sigo escuchando a Rory Gallagher. Yo lo vi en el Pabellón de Deportes de Barcelona años ha, como puedes imaginar, y aún guardo ese pulso. Me gusta muchísimo Zappa, la locura de Zappa, Tom Waits, me gusta el disloque, me gusta Deep Purple, sigo escuchando a Deep Purple. El Made in Japan lo tengo ya€ De hecho hace unos meses tuve que ir a una tienda de estas de discos y pedirlo, porque ya lo tenía completamente hecho migas. Me complazco en eso, aunque luego el disco tuyo no tiene nada que ver. Yo soy yo y no tengo nada que ver ni con Purple, ni con Janis Joplin€, pero sigo oyendo esa música, porque hay un pulso ahí muy fuerte, muy sincero, un latido€ Y eso me seduce, y me libra de esa cultura fácil que nos bombardea en cualquier lugar.

¿Tienes la sensación de que el rock ya no conecta tanto con la gente joven?
Digamos que hay más señuelos que salen de otros lugares, hay más entretenimiento. La cultura del ocio se ha diversificado muchísimo, y hay tantas cosas para hacer mejor o peor hechas, desde los videojuegos, el archiconocido Internet, los móviles sirven ya para todo€ Menos para hacerte una paella, casi para todo lo demás. Entonces, claro, la gente joven está como más distraída. Luego el que tiene que entrar a otras profundidades, a otros calados, entra. Yo conozco muchísima gente joven que quiere escuchar música más antigua. También es lícito y lógico y loable que la gente de ahora escuche música de ahora. Luego ellos deciden. Yo puedo ser de ahora y de repente querer bucear en Chuck Berry. Y hoy tendrías facilísimo oírte toda la obra de Chuck Berry, oírte toda la obra de Camarón, o de Antonio Molina. Lo que tú quieras. Es fácil, es posible. Pero ya digo, la gente joven, primero la obligación que tienen, porque siempre ha sido así, es intentar estar al día, si no eres como un pingüino en una gasolinera. «¿Qué hace este tío de 18 años solo escuchando Jimmy Hendrix? ¡Estás pirao!» No pasa nada, puedes escuchar lo que quieras. Estar al día es correcto. ¿Las modas? Hay que pensar que las modas pasan y, si no tienes cuidado, te vas con esa moda. Agarrarse a algo de alguna manera tan moderno también es peligroso. Quizás lo peor es que hay demasiada oferta, demasiada distracción, y a veces ahí se pierde lo bueno.

Dicen que si no estás en una red social, no existes.
Existes en una playa, en tu casa, en el metro, en tu bicicleta, en una charla con tus amigos, en un bar tomando un café o una cerveza, en una caminada, en hacer el camino de Santiago, en hacer la Vía de la Plata o en irte a recorrer el río Segura desde sus fuentes hasta que desemboca. La vida existe. Otra cosa es la vida en dos dimensiones, la vida tecnológica que han inventado unas señores por diversos motivos, y les ha ido muy bien con ese invento, han acertado, han hecho un pleno, pero claro que existe la vida. Yo no defiendo ningún tipo de vida, porque yo no soy nadie para adoctrinar, pero si me preguntas tú qué vida prefieres, yo prefiero la vida en 3 dimensiones. Claro que uso tecnología, para componer, para trabajar, para hablar€ Ahora mismo estoy hablando contigo con un teléfono móvil, sencillo, no me da ninguna otra prestación que la de hablar contigo. No es capaz de hacer fotos, las hace fatal, no me interesan ese tipo de fotos. ¿Con esto estoy haciendo una crítica? No, simplemente te puedo explicar mi manera. Creo que tanta tecnología, y utilizada de una manera compulsiva, quita libertad. Quita otras posibilidades magníficas. Quita posibilidades para estar al sol, al aire libre, para reír, llorar, estar con tu gente, buscar nueva gente, pero de verdad. Ya digo, insisto, no es una crítica, porque sería tonto por mi parte, pero en realidad no todo el mundo gusta de ese tipo de placer. Lo respeto. ¿Lo comparto? No, no me interesa. Absolutamente me he interesado en estos 10, 15 años que lleva todo este movimiento de tecnología, y después de estos 10 o 15 años que no me he interesado, alguien me dirá: «Joder, pero tú usas€» Sí el teléfono móvil claro que lo uso, pero poco más, muy poco más.

Y a pesar de esa supuesta desconexión, que tampoco es, como tú nos contabas, del mundo real, ¿sabes lo que está pasando en Cataluña? El ambiente está bastante crispado, diría yo, pero ¿cómo lo vives tú en Barcelona?
Bueno, estoy siempre por ahí de viaje por el mundo, jaja. Yo creo que es una cuestión política a resolver que ha ido complicándose por un no hacer y un mal hacer político. Yo creo que una cuestión es la gente de la calle, y otra cosa es inmiscuir a la gente de la calle, a la ciudadanía, a lo civil, porque no se ha sabido arreglar, o no se ha querido, o una mezcla de todo, me da igual. Creo que la crispación la deberían ir arreglando, apaciguando los políticos. Y a ellos los veo poco crispados, aunque aparenten a veces en sus mítines, y en sus charlas y en sus encuentros con la gente una vehemencia y un histrionismo€ En el fondo creo que les va la marcha, que a río revuelto€ Es un problema político que tendrán que arreglar políticamente, y no tengo mucho más que decir.

¿Y qué sientes cuando, según he leído por ahí, te han llamado facha como a Serrat?
Me apena porque a Serrat todo el mundo le tenemos un cariño por las alegrías que nos ha dado, por cómo ha desarrollado su carrera artística. La magnífica cantidad de canciones que ha hecho es un legado suyo a todo un país; el lugar de honor en el que ha puesto también con sus músicas a Miguel Hernández, a Machado€ A una persona que hace todo eso, tacharle de facha es imperdonable. Es un hombre dignísimo, intachable en su propuesta artística. En lo personal nunca ha ocultado sus ideas políticas€ Todo respetable. Jamás se ha metido con nadie€ Yo creo que es un insulto que no se merece y que hay que limpiar. Aparte es un gran autor, ha dado muchísimas alegrías a los aficionados a la música de todo el país.

En La gran regla de la sabiduría clamas que es un craso error que nuestro planeta sea «el reino del colesterol o perezca de inanición». ¿Hay motivos para creer que puede haber solución? ¿Sigue funcionando el rock todavía como altavoz para este tipo de reivindicaciones?
Después de las décadas bastantes que el rock como herramienta combativa lleva funcionando, vistos los resultados, creo que no. Sí que cambia conciencias€ No cambia, sino añade nuevos pensamientos, nuevas reflexiones a las conciencias, y puede ser banderín de enganche para ciertas personas que sean proclives a intentar un posicionamiento mejor, más razonable, del ser humano en el planeta, más respetuoso con el entorno, con el resto de seres humanos. La música no va a hacer que eso cambie. Si leemos a los filósofos de la antigua Grecia, las culturas antiguas, sabemos que las pasiones humanas son invariables, que la humanidad es un camino bastante complicado, y que además se acelera, como esas máquinas de juego en que los vehículos cada vez corren más€ Esta es una deriva bastante peligrosa. El cambio climático, el tema medioambiental, es un tema que a todas luces ya ha entrado en nuestras vidas, ya está funcionando, ya no es una cuestión de «no, no, el primo del señor Rajoy, que es meteorólogo, dice que no pasa nada€» A mí, lo que diga el primo del señor Rajoy, con todo respeto, no me parece correcto. Yo escucho a cientos, miles de científicos de todo el orbe que están alertando una y otra vez sobre el peligro de nuestra deriva, de hacia dónde vamos y a la velocidad que vamos. Ese es el problema, esa es la madre de todas las batallas. Los nacionalismos, el hambre en el mundo, todo eso, cualquier problema de violencia se va a acrecentar. Lo de ahora podría quedar en agua de borrajas, cosa que sería monstruosa, porque si ahora ya es monstruoso que el planeta esté como estဠPor un lado gente en la opulencia y quejándose de tonterías, por otro gente muriéndose de hambre. Si eso aún no se ha cambiado en el siglo 21, si eso se acrecentara, tenemos la debacle. Eso preocupa. ¿El músico puede cambiar eso? Por Dios que no. Ojalá. Podemos cantar, intentar alegrar la vida a los demás€ No quiero pensar que somos los músicos del Titanic, que la música actual somos la banda del Titanic que, mientras todo se hunde, seguimos en nuestro puesto dignamente aguantando el chaparrón y haciendo que el final sea un poquito más lírico. No quiero pensar en eso.

En todo caso, tus discos, los de tus etapas en los Burros y en los Rápidos, los de tu etapa en solitario y los de El Último de la Fila, siguen desprendiendo optimismo y esperanza.
Claro, no nos queda otra. Es la obligación del ser humano. Pobre de mí. Yo siempre digo -yo soy escéptico- que el escepticismo es importante. Un punto de humor es importante. A veces dos puntos de humor, de ironía, de sano humor, pero luego también hay que ser efectivo en el día a día, participar, intentar mejorar esto, descamisarse y meter las manos en el barro, mirar por las generaciones venideras. No hay que ser tan egoísta como son muchísimos políticos, que actúan como si no hubiese un mañana, como si ellos no tuviesen hijos, nietos a los que se les va a dejar un legado serio por lo problemático. Cualquier persona que tenga descendencia a día de hoy, no entiendo cómo no se tira a la calle ya a intentar cambiar el curso de los acontecimientos para bien. No hablo de violencia, de revuelta, de revoluciones, no hablo de eso. Hablo de esa manera callada, pero sincera, pero eficaz, de plantar cara al político y decir: «Señores, ´A, B, C´. ¿No se dan ustedes cuenta de que esto, esto y esto es así?» Y que el político tenga que hundir la cerviz y decir: «Tienen ustedes razón», aunque solo sea ya porque no le queda más, porque la cantidad numérica de las personas que le acometen en el sentido de mejorar cosas para todos, para el planeta, sea ya enorme, tan buenamente monstruosa que diga: «Sí, sí, tienen ustedes razón. No me lo creo, o me da igual, pero lo vamos a intentar».

30 años de carrera. ¿Qué da más vértigo? ¿Mirar atrás o hacia delante?
No hago ejercicios de musculatura del cuello, jaja. Intento ni mirar ‘patrás’ ni mirar ‘palante’, yo estoy aquí hoy, y ahora mismo me pone en el suelo, me aploma, me deja de pies en tierra. Al mirar atrás pierdes un poquito el equilibrio; y adelante quizás también. Yo estoy en mis canciones de ahora, en mi gira de ahora, y quizá tengo ya ideas de lo que pretendo hacer en unos meses, pero no mucho más, porque también creo que sería un error. Si mirase atrás y fuese una persona añoradiza, me haría viejo, y no soy viejo, soy vital. Mirar atrás desde ese punto de tristeza («qué bueno aquello», «estuvo muy bien», «qué buen disco aquel», «qué buena gira aquella»)€ No tengo ningún interés. Aquella gira la disfruté, aquel disco lo disfruté, pero ya no existen. Para quien quiera escuchar esas canciones, o quiera ver unas imágenes€, pero yo no estoy en ese momento, mi punto vital es ahora. No tengo vértigo porque no giro el cuello en ninguna dirección.

Precisamente este año se cumplen 20 de tu carrera en solitario; no sé si habrás hecho un balance. En todo caso, ¿qué te estimula una vez que te subes al escenario?
El rato que paso cantando, veo feliz a la gente que acude, veo feliz a mi banda, me veo feliz a mí, y eso me estimula, que ya es un logro. Es un logro subir a un escenario, a unas tablas. Hay unos focos, unas luces, un equipo de sonido, y se detiene el tiempo. Esa capacidad que tenemos misteriosa€ No es para ponerte medallas, tú no eres dueño de la situación. Yo salgo allí con mis pantalones tejanos, con mis zapatillas, digo ‘buenas noches’ y de repente aparece la felicidad. Ya somos felices. Y cuando acaba el concierto, siempre, indefectiblemente, pienso: «¿Ya se ha acabado? ¡Jolines, no me he dado ni cuenta, cómo han pasado las canciones!». Pues eso, cantar, y ver cantar a la gente en este mundo de la cacofonía general, donde el disloque general, el estruendo general, a veces te perturba. Pues yo, escuchar a 1.000, 3.000, 8.000, 15.000 personas cantando una canción, además mía, pienso: «¡Guau, qué divertido!». Eso me lleva a seguir cantando.

¿Nunca es tarde para empezar de cero, Manolo?
Nunca es tarde. Mira la noticia bonita del otro día sobre esas universidades para gente mayor, que cada vez tienen más matriculación; personas de 68, 70, 74, hasta gente de 80 años matriculándose. Nunca es tarde para ilusionarse hasta el último momento, hasta el último aliento. Si eres capaz de vivir una ilusión, habrás vivido. Cada instante que vivimos con ilusión, con ese brillo, con esa poesía de la vida, suma, estamos vivos, y cada momento gris resta, y cada instante, cada segundo, cada minuto, cada día que perdemos y decimos: «¡Uf, qué mal día!», ese día no lo has vivido, lo has ‘no vivido’, y es una pena, no tenemos tantos.

Fuente: Opinion de Murcia – Angel H Sopena – ENLACE