Manolo García actúa este viernes en Teruel en formato acústico: “Si hiciera cosas que no me complacen por estar a la moda, no las haría bien”

Repasará algunas de sus mejores canciones en el parque de los Fueros Ricardo Eced

Manolo García regresa a Teruel este viernes para ofrecer un concierto en el Auditorio de los Fueros-Ricardo Eced  (21.30 h.) donde repasará su extensa trayectoria en formato acústico. 

– Vuelve tras quince años… En 2004 tocó en el pabellón de Los Planos y el viernes lo hará en Los Fueros, al aire libre y en plan festivalero… ¿le atraen estos escenarios?

– Esta gira está planteada como acústica, sin la potencia y la vehemecia de lo eléctrico, y normalmente estoy tocando en locales cerrados, la mayoría teatros que son lugares que me encantan. Pero en Teruel no ha podido ser, se nos ofreció este espacio y yo creo que va a estar muy bien. Mi lema es que con lo que tengo hago lo que puedo. El lugar es bonito y creo que será un buen concierto. Será intimista, lo que no significa muermo ni apagado. 

– ¿Es cierto que es su primera gira acústica? Con la fiebre de unpluggeds que hubo hace unos años…

– Desde que empecé en el 81 con Los Rapidos jamás he tocado en acústico. En los directos siempre me pongo más roquero, electrifico más los temas que en los discos. Y me puede gustar Aute, Silvio Rodríguez, la Nova Trova Cubana, Serrat… pero nunca dejo a los Led Zeppelin de toda la vida, Smashing Pumpkins, Green Day o Hendrix. Pero el año pasado hice gira eléctrica y me apetecía seguir, así que una forma de hacerlo era cambiar el concepto, darle una vuelta a los temas para que sonaran en acústico y yendo a ciudades más pequeñas por la que no pasaba desde años. 

– Acústico no significa minimalista. Viene con una pedazo de banda…

– Estamos nueve personas y un montaje bastante grande. Guitarras españolas, bandurria, acordeón, percusión, contrabajo, violín…

– Esa instrumentación empasta bien con Manolo García?

– Empasta perfectamente. Incluso hay canciones que, tras tocarlas durante 20 años, estoy disfrutando muchísimo con esa nueva cara. San Fernando o Rosa de Alejandría, que son muy guitarreras, me encantan en acústico. 

– ¿Y que aportan de nuevo?

– Esa alegría que suena a las fiestas de los pueblos, ese empezar el día con unas bandurrias, ese sabor de lo auténtico, de lo que llega por vía directa. Por obligación he vivido en una gran ciudad, pero de niño iba al huerto en burro con mi abuelo y mi corazoncito está allí todavía. 

– En 2012 declaró que Manolo García ni estaba en las redes ni se le esperaba. ¿Lo mantiene?

– Totalmente. Yo vengo de un tiempo antiguo, del trillo, del serón de esparto, de las aguaderas con las que iba con mi abuelo a la huerta. Y sigo instalado en ese tiempo muy a gusto. Prefiero una cerveza con unos amigos en un bar, prefiero pintar, un libro o un baño en la playa. Respeto a cualquiera que emplee su tiempo en las redes sociales, pero lo mío es otra cosa. Sé que si hiciera cosas que no me complacen por estar a la moda o porque lo hace todo el mundo, no las haría bien. 

– No sé si en esa guerra tenemos las de perder…

– Bueno… al final tienes que admitir cosas porque no te queda otra. Pero yo, por ejemplo, siempre pido en los conciertos que no graben canciones con el móvil o que no las difundan. Cualquier músico del mundo lucha por tener dignidad sonora, y pasamos miles de horas en los estudios ecualizando y mezclando para ofrecer a la gente el mejor sonido posible. Si después tu trabajo se oye en móviles, en MP3 y en sonido estrecho, da un poco de pena porque es nefasto. Yo ya no me quejo porque la gente se baje mi música gratis, aunque tampoco se me ocurre ir a la panadería de la esquina, donde el panadero ha estado trabajando toda la noche, a decirle que me llevo el pan, que es de todos y que hay que compatirlo. Pero como panadero, al menos, dejadme que lo haga bien, que tenga calidad, que no quiero envenenaros.

– ¿Nos daremos cuenta algún día de que es absurdo que por 10 euros al mes que cuesta la suscripción a una plataforma musical podamos escuchar todos los discos del mundo?

– No. Esto es injusto y digno de estudio, pero no tiene marcha atrás. Lo que sí sucederá pronto es que llegarán nuevas modalidades de disparate que dejarán pequeño ese disparate.

– Pues vaya plan…

– Pero yo no quiero parecer un gruñón que está en contra de la tecnología, ni nada por el estilo. Solo digo que hay que ser crítico, porque hay algo que me huele a chamusquina en toda esta moda de enseñar a los niños a que dejen de jugar al fútbol en la calle y se pasen el día manejando pantallas. Eso es consumo, es negocio. Y no solo eso, además no es normal ni sano. Que se acepte como normal que Albacete, Teruel o Palencia se despueblen y se pierda nuestra cultura de vida de 30 siglos, y que el futuro es vivir en grandes ciudades siempre pendiente de las máquinas no me parece normal. No le veo las bondades a ese gran progreso. Es genial la investigación médica o hacer fotos con una cámara digital, pero… ¿que los niños crezcan de espaldas a la naturaleza sin que hayan visto un huerto en su vida? 

– ¿Por qué no hay que recordarle a nadie que Manolo García es el de El Último de la Fila?

– Creo que porque soy tenaz. Esta etapa fue preciosa pero cuando acabó quemé las naves sin intención de volver atrás. Soy músico vocacional y mi pulsión era seguir componiendo, y juro sobre la Biblia que, aunque no me hubiera ido bien, no hubiera dado marcha atrás. Creo que esa claridad de ideas ha tenido premio. 

Fuente: El DIario de Teruel – ENLACE