En esta nueva gira, ‘En acústico’, el cantante barcelonés vuelve la mirada a toda su historia discográfica con menos instrumentos en escena de lo habitual y la sorpresa del acordeón

Todo un mito que vuelve a la carretera, si es que algún día se fue, con la gran gira de su nuevo disco, titulado Geometría del Rayo, su séptimo vástago. Una gira que incluye a Cabra (Córdoba) entre casi una centena de ciudades donde, en muchas de ellas, ofrecerá más de una fecha.

Con uno de los nombres más frecuentes en la toponimia ibérica, Manolo García, atípico líder entre líderes, mantiene un pulso con los tiempos que corren y lo gana una y otra vez. Proviene de aquella época en la que descubrir era un triunfo, y en la que saber poner en práctica las emociones buscadas y encontradas, una virtud.

Lo lleva haciendo décadas y no conoce el tropiezo porque no está en su vocabulario. Su sentido del arte (también pinta) tiene la desnudez necesaria para deambular ufano allá por donde le reciban. Ha sido todo un icono de «cordura» dentro de una industria con los lógicos visos de frivolidad. A Manolo García no han parecido afectarle ni el paso del tiempo ni nada que se pueda tildar de fugaz o efímero. Sus discos destilan esa honestidad que parecía naufragar entre estilos más o menos «poderosos», según se mire.

Después de aquella exitosa gira de Todo es ahora, en la que ofreció una singular propuesta con doble banda y que le reportó el unánime reconocimiento de crítica y público, Manolo García vuelve de nuevo a los escenarios con En Acústico colgando una vez más en casi todas sus citas el cartel de «Entradas agotadas». Son más de dos décadas de singladura en solitario después del inolvidable El Último de la Fila, que tantas alegrías proporcionó a cientos de miles de seguidores, sin olvidar antes a Los Burros y Los Rápidos, peldaños anteriores quizás necesarios para haber forjado a este descomunal artista que hoy en día, muchas de sus emblemáticas canciones engrosan el repertorio de la gran cantidad de bandas que le rinden tributo a él o a aquella prolífica etapa de la música española.

Grabado entre Rhinebeck (NY) y Girona, en Geometría del Rayo el músico barcelonés nos entregó en 2018 nuevas dosis de deslumbrante ingenio.

De su inagotable talento brotan canciones con sabor a clásicos con pasmosa naturalidad. Se abre el cofre de su imaginación y surgen tesoros. Como siempre, para su minucioso trabajo de grabación, García se rodeó de grandes profesionales tan cercanos como Carlos Benavent, o la batería de Sarah Tomek, por nombrar sólo dos de un largo elenco entre los que no faltaron sus habituales.

En esta nueva gira, En acústico, García vuelve la mirada a toda su historia discográfica, incluidas las etapas de Los Rápidos y de El Último de la Fila, con menos instrumentos en escena de lo habitual, contará con violín, piano o acordeón, entre otros.

Como nos tiene acostumbrados, serán tres horas de concierto que repasará su obra en solitario, con la puesta en escena estelar de Geometría del Rayo, por el que ya ha conseguido un disco de platino y ha recibido este año el Grammy Latino al mejor álbum pop rock, además del Premio Ondas en reconocimiento a toda su trayectoria artística.

Manolo García sigue siendo de esas rara avis que no comulgan con ruedas de molino y traslada el sentimiento a primera línea, sin modas, sin subterfugios ni fuegos de artificio que no sean música y textos a ras de suelo y a flor de piel. Un monumento viviente a todos los «Manolos Garcías».

Fuente: Eduardo Viñolo – Diario de Córdoba – ENLACE