MG: Manolo seleccion!

Su último álbum, ‘Los días intactos’ (octubre 2011) se tiñó de platino el mismo día de su publicación, lo que no implica que sea un buen disco, sino que la confianza de un amplio sector de público en el trabajo de Manolo García es ilimitada. Pero además, sí, es un buen disco. Si a ello le sumamos que el catalán nacido en Albacete lleva desde 1980 editando trabajos que en su mayoría han superado la exigente prueba del paso del tiempo y que su banda de directo será tan notable como cabría esperar, parece lógico que sus conciertos se salden con victorias. Lo que no resultaba tan predecible era la rotundidad del marcador.

Acostumbrado a verlo en espacios abiertos que invitan a la fiesta, la primera sorpresa del primero de los dos conciertos de Manolo García en Murcia fue comprobar la magnitud de su fenómeno fan. Ríanse del pop adolescente: ni un espectador por debajo de los 30 -y pocos de los 40-, ni uno que no quisiera tocarlo, abrazarlo, besarlo, regalarle algo. Mención especial para los pañuelos y bufandas, por más que no tuviera ninguna pinta de pasar frío, precisamente. A la tercera intentona consiguío bajar al patio de butacas, jugándose el físico ante tanto cariño. Quizá sea el aliento positivo que transmiten sus canciones y su actitud escénica, pero a García se le quiere como a un colega: qué pasa, tronco.

Apabullante fue también su show sin ni un solo flanco débil. Algo más de dos horas de concierto, sobre un decorado digno de ‘El mago de Oz’ en versión Tim Burton, en las que presentó lo mejor de su nueva entrega y repasó viejos momentos de gloria y emoción, sobre fondos cambiantes de decorado surreal y bailarines-performers de sombra proyectada en pantalla o sobre la misma tarima en ‘Compasión y silencio’, el momento más épico de la velada. Un show que inició haciendo un guiño al pasado, a solas con Nacho Lesko en ‘Disneylandia’ (Los Burros), con formato de cuadro flamenco en ‘La sombra de tu palmera’ -de su primer disco en solitario, ‘Arena en los bolsillos’ (1998)- y ‘Aviones plateados’ (El último de la Fila).

A partir de ahí fue alternando nuevos títulos con viejos recuerdos, siempre con buen tono, siempre con esa vitalidad y buen rollo marca de fábrica, siempre palmeando manos y agradeciendo a la hinchada, siempre con precisión técnica y energía contagiosa. De nuevo cuño cayeron tres cuartas del disco, especialmente destacables ‘Un giro teatral’, ‘Sombra de la sombra de tu sombrero’, ‘Todos amamos desesperadamente’, ‘un año y otro año’… De trabajos previos, ‘Malva’ y ‘Para que no se duerman mis sentidos’, dedicada ésta a los afectados por el conflicto en el estado de Bahia. De hornada añeja, ‘Nunca el tiempo es perdido’, ahora con un recuerdo para los agricultores murcianos ante el reciente injusto acuerdo de la UE.

También sonaron ‘Zapatero’, abriendo los bises, la inmortal ‘Insurrección’ y ‘San Fernando’. Y así la pasamos, un ratito en pie y el otro bailando. Alguien gritó: ‘¡Manolo, selección!’. Se pasan, aunque visto el estado de los delanteros de La Roja…

Fuente: La Verdad – ENLACE