MG: «En escena se te olvidan los dolores»

Manolo García No ha estado ‘intacto’ el catalán sino atacado por lumbalgias, pero tras el traspiés estará ahora en el Kursaal.

Afónico habla Manolo García sobre la gira que le obligó a posponer en primavera su cita donostiarra, primero por apendicitis y después por una lumbalgia. «Es por tirarme un hora hablando con la gente tras el último concierto», comenta quien repudia las redes sociales. «No quiero tener cincuenta mil amigos virtuales. Ya me cuesta un huevo tener dos buenos y conservarlos». La cercanía física y sensorial con su audiencia intergeneracional es lo que Manolo prima en el tour teatral de ‘Los días intactos‘ que, con el papel ya casi agotado, pasará el miércoles por el Kursaal y el viernes por el vitoriano Iradier Arena.

–La gira está en la recta final, ¿con ganas de acabar?
–No, esto no es una obligación. Además de Donosti, Vitoria y Madrid, donde acabaré el 4 de diciembre, llevamos 56 conciertos. Pero como solo hago dos a la semana y me vuelvo a casa, no tengo la sensación de agotamiento de los maratones de verano que se hacían antes. Nunca he tenido ínfulas de grandeza y una gira así es perfecta. Es un tour sostenible en todos los sentidos. Podría hacer la gira interminable, como Dylan.

–¿Has tenido nuevos achaques tras la lumbalgia?

–Con los años de tralla, te salen dolores de espalda y demás. Pero de momento, no hay que rematarme y tras aquella parada obligada no me contengo nada en directo. La gente te transmite una energía que, por tocado que estés, en escena se te olvidan los dolores. Incluso en casos extremos, como en Salamanca; estaba cascado como una visagra y subí al escenario con bastón. Me jodió mucho tener que parar, apenas he suspendido nunca, salvo por inclemencias del tiempo. Pero el médico me dijo: o paras o no acabas la gira.

–¿Haces vida normal?
–Me dedico a pintar entre semana y, de vez en cuando, hago alguna exposición, como la reciente de Tarragona. Pero no con ánimo de venta. Me apunto a iniciativas culturales o propuestas de algún colectivo ecologista y así. Alguna vez he vendido algo, pero para alguna asociación benéfica. Me cabrea el pluriempleo. Si lo practica una persona que se gana bien, pues mal. Y si alguien se ve obligado al acumular infra empleos para llegar a fin de mes, también.

–Pese a tocar en teatros, tu actitud y la del público no difieren mucho de los que ofreces al aire libre.
–Hay una parte acústica con Nacho (Lesko) al piano, sin batería y con los músicos sentados. Pero es cierto, para bien o para mal, me va la marcha y me bajo a la platea o animo a la gente que se levanta y canta las canciones. Y eso que me gustan los conciertos acústicos. Vi el otro día a Patti Smith en Barcelona y me pareció genial. Como ella, tendría que dejar las guitarras eléctricas, pero el cuerpo no me lo pide. Vengo del rock clásico: Led Zeppelin, Eric Burdon, los Stones… y ese sustrato siempre está ahí. Puede que escuche a Camarón, Wilco o Green Day, pero aunque me haya abierto a otras cosas en mis discos jamás he abandonado la rítmica del rock. Aunque nunca me he conformado con ello.

–Como Patti Smith, no puedes evitar presentar las canciones con alusiones a la realidad social o ecológica.
–A veces, me lo pide el cuerpo. Como a cualquier ciudadano de esta sociedad que paga impuestos y no tiene cuentas en sitios raros. Hay muchas formas de conectar con el personal. Claro que, de igual manera, defiendo a quienes se limitan a hacer su repertorio. A mi no me hace falta oír hablar a Calamaro para ver por dónde va, su obra ya me dice mucho. No pretendo predicar ni hacer proselitismo, pero cuando veo las noticias me caliento. Comparto la indignación de mucha gente .

–¿Te interesa la política partidaria? ¿Votarás en las elecciones catalanas?
–Tengo dudas. A veces digo que no iré y otras, como hoy, pienso que significa algo y quiero poner mi granito de arena para contrapesar la política tan estrambótica y alejada de la realidad que vivimos Que cada vez más gente honrada las pase canutas en un país democrático que aspira al bienestar social es completamente injusto. Vivimos un caos muy extraño

–¿Tienes algo en la agenda para después de esta gira?
–No. No tengo ganas de tocar fuera. Sólo de ponerme a pintar como loco y a componer. El músico siempre esta en busca de la canción perfecta que nunca encuentra. No tengo grandes aspiraciones, más allá de mantener la ilusión por lo que hago.

Fuente: Diario Vasco – ENLACE