MG: «Para muchos, de mis cuatro discos ‘Saldremos a la lluvia’ emparenta con ‘Arena en los bolsillos'» (Hemeroteca 2008)

Manolo_Garcia_g3 14/12/2008 – Ha compuesto canciones que, muchos años después de su publicación, aún el público se sabe de memoria. Y que seguramente ya nunca olvidarán. Manolo García (Barcelona, 1955) es un cantante y compositor comprometido y con un estilo que, pese a su aparente sencillez, deja huella. Consiguió la máxima popularidad con El Último de la Fila y ahora hace 10 años que empezó su camino en solitario. Justo ahora acaba de terminar la gira de promoción de su cuarto álbum en solitario, ‘Saldremos a la lluvia’, que se ha reeditado de manera especial junto con un DVD y un libro de fotografías hechas por el mismo Manolo García. Hemos entrevistado a este accesible músico del Poble Nou (Barcelona), con el que hemos hablado de este nuevo trabajo pero también de la actualidad del mundo, como la victoria electoral de Barack Obama y las expectativas depositadas en él, y de la disolución de El Último de la Fila, donde formaba un tándem infalible con Quimi Portet.

‘Saldremos a la lluvia’, tu cuarto ábum en solitario. Una gira de más de 50 conciertos por todo el estado que acabó en Girona el 28 de octubre. ¿Cómo ha recibido el público tu nuevo trabajo?
El público aficionado al rock, al pop-rock que hacemos aquí sabe separar el músico que adopta una actitud más lúdica, que busca simplemente –dicho positivamente- hacer música para el disfrute, para el baile, del músico que tiene otra pretensión, si se me permite, más poética, más en la línea de Drexler, Sabina, yo mismo, Pedro Guerra, Calamaro, etc. El público que busca ese tipo de canciones que hago yo ha estado contento con ‘Saldremos a la lluvia’. Es un disco muy trabajado, muy meditado… No he hecho ninguna canción a la ligera, me tiene que gustar, le doy vueltas, escribo, reescribo, retoco… Creo que no sólo ha quedado de menos de lo que podían esperar personas que tenían otros discos míos, sino que para mucha gente quizás de mis cuatro discos este emparenta con ‘Arena en los bolsillos’. Hay gente que me dice que el primero y éste son los que más me gustan.

¿Te molesta oír que alguien diga que ‘Manolo García siempre hace lo mismo’?
No, porque para mí la idea no es ésa, sino todo lo contrario. En cada disco hay sonoridades diferentes. Claro, pedirle a un músico que lleva muchos años, muchos discos, que cambie su voz, por ejemplo, yo no voy a cambiarla. Tengo un timbre, sí que voy cambiando mi manera de interpretar, de cantar, eso es evidente. No tiene nada que ver mi voy y mi manera de hacer cuando canté ‘El loco de la calle’ con El Último de la Fila a cómo he cantado ahora este disco. Pero luego el resto de elementos que forman una canción, de acordes, de arreglos, de sonoridades, de instrumentos que usas en una canción, es que voy cambiando de disco a disco. Nadie me puede acusar de eso y si alguien me acusa de eso no es cierto. Es incierta la acusación. No llega a buen puerto porque no hay veracidad en eso. Si alguien tiene oído musical y un poco de ganas de escuchar, verá que incluso en mi forma de escribir, en mi forma de hacer letras de canciones, soy muy diferente a la persona que escribió ‘Insurrección’ o ‘Llanto de pasión’. No tiene nada que ver. Voy evolucionando, puede que haya gente que se haya quedado en el tiempo y prefiera lo que hice entonces, gente que no le interese nada lo que hago o gente a la que le gusta lo que hago y ellos están de acuerdo conmigo en que hay una evolución y un cambio. Siempre hay un cambio. Nunca hay una canción que se repita. No tiene nada que ver las canciones que yo he firmado en El Último de la Fila, como ‘Como un burro amarrado en la puerta de un baile’, por ejemplo, con ‘Saldremos a la lluvia’. Hay una distancia kilométrica: de sonoridad, temática, etc.

A la riqueza del léxico de tus letras, añades surrealismo sin que el ‘producto final’ deje de caracterizarse, como todos afirman unánimente, como ‘sencillo’, ‘claro’… ¿cómo se consigue?
Con naturalidad. En mí siempre hay un afán lírico, me interesa la música que cuando la escucho y la compro de músicos de todo el mundo me emociona, que me transporta y me sorprende, que es como un soplo de aire fresco. Cuando escucho letras repetidas, frases requeteutilizadas, evidentemente la oreja se adormece, el oído, el corazón… No hay capacidad de despertar los sentidos. Siempre cuando algo te sorprende esa sorpresa es lo que hace que te despiertes y fijes tu mirada en cosas, en este caso una canción. Por otra parte, la naturalidad podría ser enemiga de esto que estoy diciendo, porque necesitamos a veces de un artificio para sorprender, pero en mi caso hago canciones como me salen, las adorno, las arreglo… se me ocurre grabar en Creta, pero podría haber grabado en Cádiz… da igual. Lo importante al final es la canción y conseguir con ella la ensoñación, el viaje.

Primero las letras y luego la música… Primero la música y luego las letras… ¿cuál es tu método para componer?
Le doy la misma importancia a los dos elementos. Una buena canción se compone de una buena música a la cual acoplamos un buen texto. Una canción que no tiene estos dos elementos al 100% me parece coja, le falta algo. Me pasa mucho con la música anglosajona. Yo entiendo un poco el inglés, pero no tanto como para entender el Dylan que entienden ellos, y son canciones que se entienden de puta madre. Pero, claro, falta algo. Me faltaría poder entender realmente.. haber nacido en Nueva York, en Los Angeles o en Manchester y entender perfectamente inglés como mi lengua materna. En lengua castellana, que es mi lengua materna, conozco cantidad de casos de infinidad de canciones que me emocionan porque dan ese parámetro de canción compuesta por una música bonita y un texto que me llega, que me dice cosas. Esa es la idea. Ahí intento yo moverme, en ese territorio.

¿Cómo se incorpora el tema de ir a Creta y sus sonidos tradicionales en tu nuevo álbum?

Pues por casualidad, por una charla con Xavi Turull, el percusionista de Ojos de Brujo. No sé cómo salió la conversación, pero me dio el teléfono de estos músicos que yo no conocía porque ellos habían estado tocando en Atenas y les conocían. Y llamé proponiéndoles ir allí y grabar algo. Me sugerieron que les enviara algo en mp3 y me grabarían algo. No, no, yo quiero ir, les digo. El tío flipaba: si está muy lejos! Pero hay una cosa que se llama avión y me estoy allí con vosotros, me como una fabada asturiana y luego me vuelvo. Y de paso flipo y veo la isla… Ah, bueno, si quieres, esta fecha la tengo libre. Vale, pues prepárame un percusionista de por ahí, que toque laúdes, que toque instrumentos… Y ha sido una aventura, un viaje, una oportunidad para viajar en todos los sentidos: para abrir los ojos, para curiosear, para aprender… Pero ya digo, vino de la curiosidad de la conversa con Xavi, porque yo en un principio quería ir a Cuba, a hacer algo de percusiones, me dio otro pedal… Yo soy de este tipo de personas que planea durante un mes ir a Pamplona para los Sanfermines y el 7 de julio se va a Zaragoza porque le invitan a un arroz. Y me lo paso bien!

Y por primera vez te incorporas como instrumentista entre una auténtica Torre de Babel de músicos. ¿Era una asignatura pendiente?
Bueno, en cada disco alguna ‘tontería’ hago. Y como dije el otro día, toco todos los intrumentos mal y ninguno bien. Pero, bueno, siempre mis maquetas me las hago solo, con mi guitarra, un poco de teclado, una pequeña batería, me hago una base… No soy un gran instrumentista, pero sí que a veces las ideas son lo que cuenta. Y para mí una idea, un detalle, una sonoridad que saco… y con las nuevas tecnologías, pues es más fácil, porque si no vete a saber luego cómo recuerdo cómo saqué ese acorde, donde puse el dedo ese ahí tan raro… Ni yo me acuerdo, así que lo que sí que he hecho es incorporar, como en ‘Saldremos a la lluvia’, pues grabar la batería, porque yo había sido batería antiguamente.

Por la cara que pones seguro que lo has disfrutado mucho…
Sí, claro, porque es mi obra, mi pequeña obra, mis discos y generalmente hay músicos de gran talla que están ahí y que tienen su forma de tocar, su estilo, como Pedro Javier, Nacho… Pero yo estoy ahí. El que produce, el que arregla, y el que al final da ideas. También las comparto, y me gusta que el equipo me sugiera cosas, y si me gustan las acepto. Si no, yo tengo mi propio criterio que evidentemente sale de tu gusto musical, que son muy de tu intuición pero a la vez también de tu práctica.

La mayoría de imágenes de este nuevo trabajo están tomadas en Estados Unidos, donde grabásteis el vídeo… ¿por qué EE.UU.?
A veces todo son cosas prácticas. Hay una anécdota que me gusta mucho contar, sobre la famosa ‘etapa azul’ de Picasso. Pues resulta que Picasso estaba a dos velas, no tenía ni un duro, y pasó una temporada de penuria. Pero, claro, él tenía que seguir pintando. Entonces bajó a la droguería de debajo del piso donde vivía y pintaba, y le dijo al droguero: oye, necesito pintura, pigmentos, unos tubos de óleo, necesito bermellón, blanco, amarillo… A ver, un momento, cuánto tienes? Cinco francos? Lo único que puedo darte es esta caja de azules de rebaja…. Y ésa es la famosísima etapa azul de Picasso. Pues lo del videoclip en Estados Unidos es estoy aquí, voy un poco mal de tiempo y el disco hay que acabarlo ya porque cuando llegue a España ya se publica, me están pidiendo un videoclip, no tengo tiempo… pues oye, porqué no os venís y tal como voy volviendo para España me filmáis y ya está el vídeo hecho. Nos ahorramos líos y hacemos algo sencillo, que es lo que me gusta a mí. Huir del playback, que aunque todos lo hacemos para un vídeo, me gusta. Así que en un pim pam lo tuvimos hecho.

¿Estás contento con la victoria de Obama?
Hombre, pienso que de las dos opciones es la mejor, evidentemente. Ahora está por ver, porque el hombre tiene un brete. Se encuentra un país, mejor dicho, un planeta en una situación curiosa, esto es un culebrón que cada vez se complica más y con todos los desaguisados que han montado su predecesor, el señor Bush, desde la guerra de Irak hasta mil disparates más, como el sinsentido de sus opiniones sobre temas medioambientales, pues ahora este hombre tiene que afrontar un reto muy grande. Tiene en sus manos el destino de muchos millones de personas, de una parte muy importante del planeta en un país con un poderío, con una carga política muy importante… Ya veremos. Tal como veo la situación actual, tiene que hilar muy fino y tiene que ser muy honesto. Pero, claro, no está solo. Hay mil poderes, económicos de entrada, que marcan pautas, que hacen de corsé, que aprisionan, que exigen porque también colaboran en la economía, en las campañas, etc. Bueno, igual allí que aquí que en todos lados. Las grandezas y miserias de las democracias del mundo. Decía Churchill que ‘la democracia quizás es el menos malo de los sistemas de gobierno’. Queda dicho todo.

Ecologista confeso, ¿qué es lo que más admiras de la naturaleza? ¿Se la merece la especie humana?
Pues la capacidad de regeneración, pero visto lo mal que nos estamos portando ya veremos si esa regla a corto plazo se va cumpliendo. A mí me gustaría pensar que los tajos que estamos haciendo en las cadenas de biodiversidad, animal, vegetal, se van a poder reponer de los hachazos que estamos dando de lleno en los últimos treinta años. Y también admiro su sabiduría evidentemente. La manera de quitar la paja del grano, de ir a lo que hay que ir.

¿Cabe un mensaje optimista para los más jóvenes o se puede entender su escepticismo ante el futuro que les queda?
Es muy triste pensar que esto es lo que hay. En nuestra cultura occidental y en el sistema social en el que vivimos la mayoría de países de esta parte del mundo pues en teoría hay una libertad de expresión, aunque luego en la realidad todos sabemos que esto no es así, pero bueno lo importante sería las ganas de participar y parte de lo que está pasando, como la corrupción que se admite, la corrupción política, sucede porque les dejamos que suceda. Porque no hay una entrega por parte de la ciudadanía a la idea de defender los derechos y no dejar que nos avasallen sólo con obligaciones y con multas y las hipotecas…. Lo único que hacemos es quejarnos. Y cuando la sociedad encuentre el modo de aunar fuerzas para quejarse razonablemente de los desaguisados que se cometen por parte de los más poderosos… Hay un ejemplo práctico, siendo presidente el señor Aznar la salida a la calle en un montón de ciudades españolas de millones de personas diciendo ‘No a la guerra’. Como anteriormente otra gran sonada de gente en la calle diciendo ‘No a la OTAN’, con el señor González, que se lo pasó por el forro del culo porque acabamos entrando pese a que el pueblo español había dicho ‘No a la OTAN’. Pues, bueno, esas cosas son aún una pequeña esperanza para la participación ciudadana real ante cualquier tipo de abuso… Como quejarse de la zona azul o verde para aparcar en un barrio de poca capacidad adquisitiva. Pues vamos a quejarnos pacíficamente. Habrá maneras pacíficas de oponerse a la injusticia…

Precisamente estos días se cumplen 10 años de la disolución de El Último de la Fila, para lo que se ha editado una caja con todos los álbums que se publicaron… ¿por qué llegó el punto y final a El Ultimo de la Fila?
Porque todo lo que teníamos que decir como equipo musical, como grupo, ya estaba dicho. Entonces hubiera sido seguir rebañando el plato, buscar algo en el plato que ya no estaba… Y creo que fue lo más razonable y lo más digno. Porque nuestro discurso musical como equipo de dos personas trabajando juntas en textos y en música ya estaba agotado. Y estaba bien lo que habíamos hecho, pero agotado. Y bien está lo que bien acaba. Y entonces decidimos de mutuo acuerdo dejarlo estar. Entiendo que Quimi tenía ganas de tener un discurso propio musicalmente hablando y a raíz de esa idea también se despertó en mí esa necesidad, que yo no la tenía en principio.

Se rumoreó que tuviste mal rollo con Quimi Portet…
Hemos trabajado en seis discos durante 17 años. Hemos ofrecido giras, muchos conciertos. Y la verdad es que en todo colectivo musical o de cualquier otro tipo habrá momentos de acuerdo, como también de discusión, de bronca, oye que esto no puede ser que tal… y evidentemente en nosotros igual. Pero siempre ha primado la razón y el sentido común. Quimi es una persona con un sentido del humor amplísimo, es un tío muy cachondo, es un gran músico… Discutíamos si incluir alguna canción en algún disco… ¿Pelea? No. Nosotros no hemos tenido ese punto que tienen algunos grupos de ego, de ahora me voy solo y me lo monto yo… No. No nos ha hecho falta, ni a él ni a mí. 17 años dejan claro que no. Eso puede pasar en un grupo al tercer, cuarto año… uy, llevamos tres discos, pues ahora me lo como yo todo solo. En esta vida todo se gasta y quieres cambiar de barrio, de casa, irte a otro sitio… llevas 10 años yendo de vacaciones a Bujaraloz, donde tienes una prima de la que estás un poco enamorado y que te atiende muy bien y te hace unos potajes estupendos, pero un año llegas y dices pues este año no voy a ir a Bujaraloz, porque además que creo que mi prima no me quiere tanto pues me voy a Asturias a ver los Picos de Europa. Cambiar. Ganas de cambiar. Nueva aventura. También el acicate, el chispazo de la novedad, el vértigo de un camino nuevo por emprender, por tomar.

¿Qué recuerdas del concierto de Amnistía Internacional en el Camp Nou? ¿Supuso un punto de inflexión para El Ultimo de la Fila?
No. Fue un día muy bonito, de nervios, luego ya de disfrute. Muy bien, tengo un recuerdo impagable, de eso no hay duda. Pero ya éramos un grupo hecho, y se nos invitó un poco como grupo emblemático de la ciudad porque se hacía en el Camp Nou. Nos comentaron que en un principio se había pensado en algún grupo de la movida madrileña, pero alguien apuntó que si era en Barcelona el grupo debía ser de la ciudad. Y nos invitaron. Y encantados. Pero no fue un punto hasta ahí y luego a partir de ahí.

De todos aquellos artistas (Sting, Peter Gabriel, Bruce Springsteen, Tracy Chapman, Youssou’n Dour…) ¿cuál fue el que más te impresionó?
Tuve la oportunidad muy simpática de estar con Sting. A Springsteen ya no lo he vuelto a ver más. A Peter Gabriel lo vimos luego, porque Quimi y yo estuvimos cenando con él porque fuimos a su estudio a grabar. Pero Sting vino a Barcelona a grabar una canción en castellano y se acordó de nosotros para que le ayudáramos a cantar en castellano. Y yo encantado. Luego fuimos a cenar una paella a las doce de la noche… muy divertido. Y luego a tomar unas copas… Todo eso gracias al concierto de Amnistía.

Pintura, fotografía, realizador de vídeos, compones versos que son puras imágenes… ¿vale más una imagen que mil palabras?
No. Mil palabras, si están bien hilvanadas y tienen carga, son un torpedo en la línea de flotación del lector, en la línea de flotación de percepción, de ánimo… Pero una imagen también. Aunque no tiene nada que ver. Lo que sí sucede a veces es que una imagen reforzada con palabras o con música acrecentan la capacidad de choque efectiva.

Decálogo de intenciones

1. Un lugar para desconectar
Cuenca
2. ¿Cine o teatro? (una obra/película)
Cine. ‘Nueve reinas’
3. Un músico de referencia.
King Crimson
4. Tu pintor preferido.
Muchos… voy por temporadas. Elijo Gauguin.
5. Un concierto memorable como espectador.
Alana Miles, en un club de Londres. ¡A-cojonante!
6. Un adjetivo, sólo uno, para describir a Bush.
Ignorante
7. ¿Carne o pescado?
Pescado
8. ¿Color o blanco y negro?
Blanco y negro.
9. ¿Descargas música de internet?
No, porque no tengo. Es imposible.
10. ¿Fuiste a votar la última vez?
No. Sólo he votado una vez, ‘No a la OTAN’.

Text: David Vilar – Foto: Xavi Güell – Fuente: ElDebat.cat – ENLACE