MG: «La subida del IVA cultural es un grave error, una operación de acoso y derribo»

MG_DV Más de tres décadas en la carretera y en lo más alto de las listas de ventas no han conseguido que el cantante Manolo García (Barcelona, 1955) deje de tener los pies en el suelo. Muy comprometido con distintas causas sociales, hoy estará en la Universidad Europea Miguel de Cervantes desde las 12.00 horas para charlar sobre creación artística y gestión cultural.

¿Qué perspectivas profesionales puede tener hoy en día en España un joven que quiera dedicar su vida a cualquier disciplina artística?
Las cosas están cambiando a una velocidad de vértigo. En cualquier disciplina laboral los derechos adquiridos durante décadas están cambiando, y no para bien. Pero la tarea creativa tiene una compensación espiritual para el que la realiza. Es algo que te llena. Es cierto que los momentos no son los mejores, pero estamos todos en el mismo barco. La gente joven que quiera empezar a formarse en la creación y gestión cultural tiene que tirar hacia adelante con todas las ganas. La cultura está recibiendo el mazazo que todos sabemos con ese IVA desmesurado. Es un grave error, una operación de acoso y derribo, pero no hay que echarse las manos a la cabeza. Hay que seguir peleando de forma pacífica porque sin cultura el mundo se queda cojo.

¿El 21% de IVA ha sido tan catastrófico como se preveía?
Sí. Lo que hace es todo lo contrario a lo que supuestamente se pretende. Tumba puestos de trabajo, cierra salas, resta iniciativas y acobarda al emprendedor. Está demostrado en el cine, un sector al que recientemente se le ha insultado al decir que su trabajo es malo, cosa que no es cierta. Lo que el cine paga a Hacienda supera con creces lo que recibe del Estado. El otro día leía en prensa que las ventas en las galerías de arte habían caído en un porcentaje brutal y yo sé que en Barcelona están cerrando muchas. La gente se va a comprar fuera porque paga menos impuestos.

Aunque su faceta más conocida es la musical, usted se ha desarrollado en otros campos, como la pintura y la fotografía. ¿En cuál se siente más cómodo?
Colman diferentes inquietudes y para mí son disciplinas complementarias. Desde joven he tenido muchas ganas de pintar. Estudié diseño gráfico y me he ganado la vida con ello hasta los 30 años. Para mí, pintar es un calmante, sirve para apaciguar el día; y componer, para excitarlo. Son diferentes medicinas que suben y bajan el ánimo, pero todas me interesan porque todo es vida y reafirmación de la existencia.

¿Conseguirán las nuevas tecnologías y los creadores un espacio de armonía que les permita vivir en paz?
Es muy difícil. Hay muchas personas que viven de estas disciplinas artísticas, de unos trabajos que hay que vender. Pero de repente han surgido unas personas que nadie conoce y que han decidido que lo que nosotros hacemos lo van a utilizar ellos para sus grandes negocios. Y no nos lo van a pagar. Por eso es difícil armonizar la situación. Alguien tiene que manejar todas las posibilidades que hay en Internet y repartir equitativamente. El Gobierno no ha regulado nada. Mucha Ley Sinde, pero aquí se sigue haciendo un expolio completamente injusto. Cuando la gasolina, el pan y la leche sean gratis, también estaré de acuerdo en que la música y la pintura lo sean. Por otro lado, he de reconocer que en la época de los CD los discos no valían lo que costaban. Era excesivo.

Siempre se ha mostrado muy cercano a causas sociales. Incluso en sus últimos conciertos ha hecho guiños a los movimientos sociales críticos que han surgido con la crisis. ¿Se está eligiendo el mejor camino para salir de esta situación?
El camino no lo está eligiendo la ciudadanía. Los políticos están intentando poner unas tiritas a algo que ha fracasado para que todo siga igual. Un mundo en desigualdad es un mundo en el que se sobrevive. Hay mucha gente pasándolo mal, es una indecencia. Por eso estoy de acuerdo con esa gente que se queja. Se está rebajando al obrero a la condición de esclavo. Se le dice que se le reduce el 40% de sueldo y que dé gracias por conservar el trabajo. Es humillante.

¿Qué queda del Manolo García de El Último de la Fila?
Soy otra persona, porque todos evolucionamos, pero hay una esencia que se descubre en mi discurso. La ilusión es mucho mayor que antes. Oigo más música, leo y pinto más que nunca. Y ahora estoy encantado de ir a Valladolid a hablar con gente joven porque no voy a soltar un monólogo, también me interesa saber qué tienen que decir.

No es muy habitual que un artista con este recorrido se muestre tan accesible…
Nunca he levantado los pies del suelo ni me he creído superior a nadie por una cierta popularidad. Es un orgullo decir que vengo de familia de obreros, gente del campo que era analfabeta hasta que llegó a la gran ciudad. Su comportamiento y su humildad es un orgullo para mí. Me he criado en un barrio obrero, sé lo que la gente sufre para ganar un sueldo y llegar a fin de mes.

¿Para cuándo nuevo disco?
Estoy con una exposición de pintura que estará abierta hasta el día 20 de diciembre en Barcelona. Después de Navidad me pondré a grabar porque tengo bastantes canciones nuevas y mucha ilusión por empezar. Supongo que el año que viene voy para adelante con el disco nuevo.

Fuente: El Día de Valladolid – ENLACE